TEGUCIGALPA, HONDURAS. Pese a que la Empresa Energía Honduras (EEH) asegura que el Gobierno le concedió hacer uso de los promedios para cobrar energía en cuarentena, no puede abusar, según apuntó Félix Ávila, abogado penalista.
El experto habló con Diario TIEMPO Digital y explicó que, aunque ciertas medidas estén autorizadas por la ley, su aplicación está sujeta a que se presenten circunstancias inusuales. «Debe ser en casos excepcionales, no puede ser la regla general», expresó.
«No se debe abusar de las excepciones. Las mismas dan lugar a que se hagan las cosas de forma diferente, pero no se puede exceder su uso», ilustró Ávila.
A partir del inicio de la cuarentena, el consorcio honduro-colombiano optó por cobrar el servicio energético a través de una promediación que se basa en la factura de los tres meses previos. La medida se aplicó, desde entonces, a negocios y hogares, sin distinción.
Las quejas por parte de los usuarios no tardaron en llegar. En viviendas, se denunció que los valores usuales se duplicaron, triplicaron, y hasta más. Mientras que, los dueños de recintos comerciales señalaron que seguían pagando tanta energía como si sus empresas estuvieran abiertas.
La voz de los ciudadanos, cansados de los abusos, derivó en que Ricardo Roa Barragán, gerente de EEH, anunciara que dejaría de promediar. A partir de la factura de abril, todo volvería a la normalidad, prometió. Pero, la disconformidad del pueblo sigue vigente; se escucha y lee por doquier que la media de pago solo cambió para cobrar aún más.
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¿Con qué se defiende EEH?
TIEMPO también buscó contactarse con la distribuidora de energía para conocer su versión de las numerosas denuncias. En primera instancia, Ricardo Roa no atendió los llamados porque estaba en «reuniones».
El día siguiente, el gerente de EEH respondió, por escrito, a la petición de información. Se escudó de los señalamientos haciendo mención de los cercos epidemiológicos y que los lugareños de ciertas zonas impiden los accesos a sus vecindarios.
«Debido a la situación de emergencia, hay colonias, comunidades y aldeas en el país que han obstaculizado las vías de acceso para que los inspectores puedan ingresar», dijo preliminarmente.
Seguido, explicó que autoridades locales, patronatos y ciudadanos han procedido a efectuar los bloqueos por el temor al contagio de COVID-19, y eso afecta el proceso de lectura.
«Eso conlleva a que, según el acuerdo CREE-028, se aplique un promedio al cliente con base en el histórico de su consumo. Se rectificará una vez que se realice la lectura real en campo, sin necesidad de que el cliente tenga que ir a solicitarlo en una ventanilla o canal de ateción», describió.
Sin embargo, el ingeniero colombiano sostuvo que la medida no se ha aplicado a la totalidad de clientes, como se cree a nivel de opinión pública. Asegura que, sólo se ha utilizado en casos de fuerza mayor como el descrito previamente.
De manera específica, listó que las causas para que el cobro no corresponda a lo consumido son: que el medidor esté parado, la imposibilidad para acceder a la residencia u otras causas. «No es por capricho, son las circunstancias adversas», enfatizó.
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