Redacción. El atractivo comercial del Titanic, el barco que se hundió y capturó la imaginación del mundo, persiste. Prueba de ello es la subasta del reloj Rólex que perteneció al camarógrafo que más veces ha filmado los restos del navío en el fondo del océano.
El próximo 6 de diciembre, la casa de subastas Sotheby’s ofrecerá la oportunidad de adquirir el reloj que acompañó a Al Giddings en sus históricas inmersiones al Titanic.
La elección del Rolex Submariner 1680 Steel no fue casual. Este modelo, diseñado específicamente para soportar la presión del agua en las profundidades marinas, era la herramienta perfecta para las exploraciones de Giddings.
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De acuerdo con Sotheby’s, el reloj, que ha estado presente en expediciones extremas, desde los polos hasta los océanos, tiene un precio de salida estimado de entre 20,000 y 40,000 dólares.
A juzgar por los precios de mercado, que muestran una amplia oferta de Rolex Submariner 1680 entre 10,000 y 22,000 dólares, el precio estimado por Sotheby’s parece estar por encima del promedio.
En un aparente intento por obtener liquidez, Giddings incluye en la subasta un segundo Rolex Submariner 1680, esta vez en oro de 18 quilates, con un precio estimado entre 30,000 y 60,000 dólares.
Comercio en torno al Titanic
Un reloj de oro que perteneció al pasajero más rico del Titanic se vendió el pasado mes de abril por 1,46 millones de dólares en una subasta. El artículo se subastó en Reino Unido, informó la casa británica Henry Aldridge & Son.
Un comprador estadounidense ganó la puja, pulverizando la estimación previa de entre 100,000 y 150,000 libras (120,000 a 180,000 dólares). La cantidad alcanzada supera el récord logrado en 2013 para un objeto relacionado con el famoso navío hundido en el norte del Atlántico.
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El reloj, grabado con las iniciales JJA, perteneció al empresario estadounidense John Jacob Astor. El magante tenía 47 años cuando se hundió el Titanic la madrugada del 15 de abril de 1912.
Astor era considerado uno de los hombres más ricos del mundo en aquella época, con una fortuna de 87 millones de dólares. Falleció en el barco tras ayudar a su esposa, Madeleine, a subir a un bote salvavidas.