Raúl Peña
John Biehl Del Rio está de nuevo en el país, respetable profesional de la abogacía, politólogo y facilitador del diálogo, reconocido internacionalmente, probablemente un hombre con buenas intenciones para nuestro país, que enviado por la OEA y a solicitud del gobierno de turno, hace su segunda ronda de reuniones sin que hasta el momento nosotros – o por lo menos yo – tengamos en claro que resultados se tuvieron en la primera y cuáles serían las expectativas a lograr en esta segunda etapa en la cual según lo manifestado por los medios se reunirá nuevamente con los indignados y los partidos políticos, lo único que pudimos recoger de su primera visita fue que estaba en contra de la violencia en las marchas, que le parecía que había gente alcoholizada participando y que su posición era de que los hondureños somos los que debemos resolver nuestros problemas, dejando el claro mensaje de que él no tiene ninguna capacidad de solución, pero si la de propiciar el diálogo correcto entre las partes.
Usted debe tener ya claro a estas alturas que el diálogo y la fallida alternativa de crearle una paralela a la CICIH por parte del gobierno convocando a las instituciones que se le subordinan, no dio el más mínimo resultado, pues los actores principales del problema no acudieron al llamado, lo que da la pauta del rechazo de estos grupos a la cúpula de gobierno, también debe estar al tanto que en esa primera ronda de reuniones en casa presidencial en torno de una CICIH, lo que se pretendió fue diluir las primordiales exigencias del pueblo en medio de un gran diálogo nacional, con la intención de minimizar lo solicitado que se resume básicamente: a que se encarcele a los saqueadores del Seguro Social – incluyendo al mismo presidente si utilizó dinero lavado de éste para su campaña política –; que se retire de la corte el aberrante fallo que declaró la constitución ilegal, nada más para favorecerle a él su reelección; que se encarcele a los diputados y jueces que violentaron la constitución para lograr este fin y que se acabe con la corrupción e intervención del poder ejecutivo en los demás poderes del estado. Todo lo demás puede considerarse irrelevante al lado de estas peticiones que hoy a su retorno siguen sin recibir la más mínima respuesta, lo que ha llevado al movimiento indignado a pedir el paro nacional a sus acompañantes y que de llegarse a lograr pondría al país en otro caos de inimaginables consecuencias.
El elevado contenido de cinismo de la presidenta del Partido Nacional al decir que aquí la corrupción sale a flote sola y que por eso no se necesita una CICIH, es una falta de respeto a la inteligencia de nuestro pueblo y a la vez deja muy en claro que el gobierno y el Partido Nacional no quieren que venga la Comisión Contra la Impunidad de la ONU y que no le preocupa ni cree que en Honduras pueda suceder lo que ocurrió en la vecina Guatemala, basándose para esto según Oswaldo Ramos, en que aquí no hay ningún juicio contra el presidente, pero yo le digo ¿Cree usted que un juicio de este tipo sería apoyado por la fiscalía actual? ¿Cree usted que esta corte sería capaz de condenarle una vez que hizo lo antes mencionado en favor de él? ¿Cree usted que los diputados hondureños le darán cabida a un juicio político y votarán igual que en Guatemala donde ninguno votó en contra?.
Aseguran los indignados que la OEA y la ONU les han manifestado que si el diálogo no es franco, serio y sincero se retirarán; el gobierno sabedor que no le conviene lo solicitado, luchará por mantener el estatus quo que comparte al lado de las fuerzas financieras de algunos empresarios que han hecho comparsa a cambio de jugosos contratos y la privatización de la salud, la infraestructura y la seguridad. Por otro lado los partidos políticos en la oposición tienen muy claro que con el control que ejerce el presidente sobre las instituciones gubernamentales, los resultados de las elecciones ya se saben sin necesidad de acudir a las urnas y que la dictadura en democracia se habrá entronizado en el país.
¿Qué a que viene usted y el experto de la ONU? Pues mientras no sea a seguirle el juego al gobierno, cualquier ayuda es bienvenida por este pueblo que ya está harto de la injusticia, el saqueo, la impunidad, el contubernio, la trampa electoral y el sectarismo político.
¡Grandes retos para grandes hombres! Los hondureños aceptamos el reto de resolver la crisis y les pedimos que así como nos destruyeron internacionalmente cuando la destitución de MEL, así nos apoyen con la CICIH para limpiar la casa.
raulpena@hotmail.com
