REDACCIÓN. El Consejo Nacional Electoral (CNE) ya puso sobre la mesa la cifra de 1,737.5 millones de lempiras para organizar las elecciones generales de 2025 en Honduras, un proceso clave para la democracia que avizora varios obstáculos rumbo a su aprobación en el Congreso Nacional.
Y es que, aunque el monto ya fue definido por la autoridad electoral, su aprobación aún depende de los votos en mayoría simple de los diputados que integran el Hemiciclo Legislativo, donde las diferencias políticas amenazan con retrasar el calendario electoral y, con ello, abrir la puerta a un nuevo capítulo de incertidumbre.
Una escalada millonaria
Cossette López, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), fue la encargada de dar a conocer el presupuesto para las elecciones generales. “Estamos reafirmando nuestro compromiso con un proceso íntegro y democrático”, dijo.
Tal y como explicó López que se haría, el proyecto fue enviado ayer martes, 27 de mayo, vía correspondencia a la Comisión de Presupuesto, que debe dictaminarlo antes de que pase al pleno del Legislativo.
La consejera también afirmó que el órgano colegiado está listo para emitir la convocatoria este jueves 29 de mayo.
Pero más allá del calendario electoral, la cifra de este presupuesto llama la atención al tratarse del mayor presupuesto electoral en la historia reciente del país, y llega en un contexto político tenso.
La suma solicitada para las elecciones generales de noviembre no llega sola. Se suma a los fondos ya aprobados para las elecciones primarias e internas celebradas el pasado 9 de marzo, lo que dispara el total del proceso electoral 2025 a más de 3,829 millones de lempiras.
La asignación presupuestaria del año lectivo 2025 se distribuyó de la siguiente manera:
- Primarias (aprobadas en septiembre 2024): L1,492 millones aprobados.
- Ampliación para primarias (febrero 2025): L561,045,280 más.
- Tribunal de Justicia Electoral (TJE) para primarias y generales: L39 millones (de los L81 solicitados).
- Elecciones generales (mayo 2025): L1,737,500,000.
En comparación, el presupuesto aprobado para los comicios generales de 2021 fue de 1,000 millones de lempiras. En 2017 fue de L1,098 millones, y en 2013 alcanzó los L860.25 millones. Es decir, en una década, el presupuesto electoral se ha triplicado.
Incluso en los años donde se financiaron primarias y generales con una sola partida —como en 2021, cuando se aprobaron L1,760 millones en total— la diferencia sigue siendo abismal frente a los más de L3,800 millones que costarán las elecciones actuales.
Dudas y miedo
El economista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, no solo cuestionó el uso político del presupuesto, sino su magnitud total. “Un presupuesto totalmente absurdo considerando el gasto en las primarias de marzo del 2025. Tristemente, es siempre una cantidad exagerada de recursos, y el gran problema es la baja credibilidad, la desconfianza ciudadana y la falta de fortalecimiento de la institucionalidad electoral”, dijo con firmeza.
Según el economista, “lo más grave no es solo el monto, sino que no se ha hecho una socialización técnica ni pública del porqué se necesita ese dinero”.
Por su parte, el politólogo Germán Espinal añadió una perspectiva social importante. “Para los hondureños la situación es difícil, hay mucha precariedad y siempre un presupuesto —sobre todo en elecciones— va a ser visto como alto, y va a haber una inconformidad», expresó.
Espinal agregó que «lo que desearíamos como hondureños es que ese dinero sea bien administrado y que los consejeros hagan gala de adherirse a la transparencia y a la rendición de cuentas».
¿Presupuesto está justificado?
En contraste, Germán Lobo, exconsejero del CNE, consideró que el presupuesto actual parece justificado en función de los retos logísticos y tecnológicos del proceso. “Esperamos que incluya aspectos de seguridad, como GPS en maletas y medios de transporte, para evitar problemas como los del 9 de marzo. También deben contemplarse los gastos de las FFAA, biometría, transmisión de resultados, capacitaciones, observadores y el pago de la deuda política”, dijo.
Sin embargo, Lobo advirtió que es vital aprobar el presupuesto a tiempo. “Que el Congreso lo apruebe antes de la convocatoria sería lo más saludable, para que el CNE cuente con todos los recursos. Si no, habrá atrasos en compras y licitaciones que pueden afectar noviembre”, agregó.
El exfuncionario explicó que en 2021 tuvieron retrasos que, por fortuna, pudieron controlar. «Nosotros tuvimos sobrantes que eso nos ayudó a avanzar mientras se daba la aprobación. En el cronograma se definen compras que el CNE debe hacer», por lo que atrasar la aprobación puede traer serias repercusiones en el calendario electoral, externó.
Sobre mecanismos de fiscalización, el exconsejal confía en las instituciones encargadas. “Todas las compras deben sujetarse a ley y están bajo fiscalización del Tribunal Superior de Cuentas (TSC). Son fondos públicos”, externó.
Presupuesto amarrado a los préstamos del CAF
El anuncio de la presidenta del CNE llegó acompañado por una controversia que se ha ido gestando desde hace varios días. Según denuncias de la oposición, el oficialismo estaría intentando vincular la aprobación del presupuesto electoral con los préstamos de la Corporación Andina de Fomento (CAF), incluyendo ambos en una misma acta legislativa.
El diputado nacionalista Tomás Zambrano fue uno de los primeros en advertirlo. “Para que se aprueben los préstamos del CAF, el oficialismo incluirá en el mismo paquete el presupuesto electoral. Si no votamos, van a decir que no queremos elecciones”, expresó.
Zambrano explicó que su bancada y otras fuerzas de oposición presentarán una moción de orden o una reconsideración para separar ambos temas. “Aunque tengamos la mayoría para pedirlo, no nos van a dar trámite. Nos van a llevar a una protesta legislativa”, advirtió.
En la misma línea se pronunció Jorge Cálix, diputado del Partido Liberal, quien consideró que mezclar ambos temas es una jugada política. “Sí hay consenso para aprobar el presupuesto electoral. No hay consenso para los préstamos del CAF. Si los mezclan, solo quieren meter un gol”, opinó.
Desde el Partido Nacional, el dirigente Fernando Anduray también alzó la voz: “Esto es una extorsión. Les apruebo el presupuesto electoral, pero me aprueban el préstamo del CAF. Eso es lo que están haciendo”, acusó.
Gemán Lobo hizo un llamado a evitar que se use el presupuesto como moneda de cambio política. “Sería un mal mensaje si se usa como herramienta para extorsionar a la oposición a cambio de aprobar el acta de la CAF. Eso atentaría contra las funciones del CNE”.
¿Habrá aprobación legislativa?
Carlos Umaña, diputado y jefe de bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH), señaló que aún no han recibido oficialmente el presupuesto. “Lo que sí hemos solicitado al presidente del Congreso es que ese presupuesto se discuta en una sesión extraordinaria, como único punto. No vamos a aprobar el acta donde viene el CAF. Si lo intentan, el responsable de que no haya elecciones será Libre”.
Por su lado, Johana Bermúdez, diputada del Partido Nacional, dijo apoyar el presupuesto, pero exigió que se discuta en un acta separada. “Estamos listos para respaldarlo al 100%, pero no podemos permitir que se mezcle con el préstamo del CAF. Ya tenemos demasiada crisis como para seguir endeudando al país sin claridad”.
Ambos partidos coinciden en que lo correcto sería una sesión extraordinaria. Umaña dijo que también apoya esa opción. “Si Libre insiste en mezclarlo, no lo vamos a respaldar”, manifestó.
Mientras tanto, el Partido Liberal se mantiene en reuniones internas, con el fin de llegar a un consenso que pueda llevar a la aprobación del presupuesto, sin tener que mezclar los préstamos de la CAF.
Oficialismo listo para la aprobación
Desde el oficialismo, Oved López, diputado de Libre, asegura que están a la espera del documento oficial del CNE para agendar la discusión. “Estamos listos para aprobarlo. Que no digan que es el Congreso el que atrasa esto”.
Por su parte, el vicepresidente del Congreso Nacional, Hugo Noé Pino, explicó que el presupuesto será tratado como cualquier otro proyecto. “La Comisión de Presupuesto lo dictaminará con base en opinión técnica de Finanzas. Hay altas probabilidades de que se apruebe esta misma semana”, sostuvo.
La aprobación o no de estos fondos podría marcar el rumbo del proceso electoral. Y no solo por la logística, sino por lo que implica en términos de legitimidad democrática y confianza ciudadana.
En un país con tantas necesidades urgentes y con una confianza pública debilitada, cada lempira destinado a procesos electorales debería estar justificado con rigor técnico, visión de país y rendición de cuentas. La elección del presupuesto, más que una cifra, será una prueba de voluntad política: ¿se priorizará el fortalecimiento institucional o se repetirá el ciclo de opacidad y desencanto?