Redacción. Una antigua disputa fronteriza entre Tailandia y Camboya ha vuelto a encender las alarmas internacionales tras un violento intercambio de fuego registrado el jueves 24 de julio.
Los enfrentamientos armados, que ocurrieron en zonas no delimitadas a lo largo de la frontera compartida por ambas naciones, dejaron al menos 12 personas muertas del lado tailandés y 14 heridos, según cifras oficiales preliminares.
El conflicto ha generado una oleada de nacionalismo en ambas poblaciones. De esta manera, se ha alimentado tensiones que, aunque históricas, habían permanecido latentes durante más de una década de relativa calma.

Del tiroteo aislado al enfrentamiento generalizado
El detonante más reciente de esta escalada se remonta al 28 de mayo de este año, cuando tropas camboyanas y tailandesas intercambiaron disparos en la zona de Chong Bok, un paraje selvático en disputa que alberga antiguos templos como Ta Muen Thom y Ta Krabe. En ese incidente murió un soldado camboyano y ambas partes aseguraron haber actuado en defensa propia.
Aunque los gobiernos de Nom Pen y Bangkok acordaron entonces reducir la tensión, el ambiente quedó marcado por amenazas cruzadas, maniobras diplomáticas poco efectivas y un progresivo refuerzo de la presencia militar en los puntos fronterizos. Fue el preludio de lo que estallaría semanas después.

Este jueves, sobre las 8:20 a.m. hora local, se registraron nuevos enfrentamientos en las cercanías del templo Ta Muen Thom, ubicado entre la provincia tailandesa de Surin y la camboyana de Oddar Mean Chey. Lo que comenzó como un cruce de disparos se transformó rápidamente en un conflicto armado a gran escala.
Tailandia empleó aviones de combate para bombardear objetivos militares en Camboya, mientras que desde el lado camboyano se lanzaron cohetes hacia territorio tailandés. El número exacto de víctimas en Camboya aún no se ha confirmado.
Un conflicto con más de un siglo
Lejos de ser un problema reciente, la raíz del conflicto se remonta a 1907, cuando el Reino de Siam (hoy Tailandia) y la administración colonial francesa en Indochina (que incluía Camboya) firmaron un acuerdo para delimitar sus fronteras. Sin embargo, las diferencias en la interpretación del trazado territorial han sido fuente de conflicto hasta el día de hoy.
Uno de los puntos más disputados ha sido históricamente el área que rodea al templo de Preah Vihear, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008, y cuya soberanía fue asignada a Camboya por la Corte Internacional de Justicia en 1962. Sin embargo, otras zonas, como las que rodean a los templos de Ta Muen Thom y Ta Krabe, continúan siendo objeto de desacuerdo.
Durante el período entre 2008 y 2011, los enfrentamientos armados en estas áreas dejaron más de 30 muertos y múltiples desplazados. Desde entonces, ambas naciones mantenían una tensa paz basada en negociaciones diplomáticas.

Desigualdades notorias
En caso de que la situación escale aún más, las diferencias en capacidad militar podrían jugar un papel determinante. Tailandia, con un presupuesto de defensa de 5.730 millones de dólares en 2024, supera ampliamente a Camboya, que destina 1.300 millones.
El ejército tailandés cuenta con más de 360,000 efectivos activos, incluyendo 115,000 reclutas, 400 tanques, 1,200 vehículos blindados y cerca de 2,600 piezas de artillería. En el aire, dispone de 112 aviones de combate, incluyendo modernos F-16 y Gripen suecos.
Camboya, en contraste, mantiene 124,300 efectivos, de los cuales 75,000 son soldados regulares, con unos 200 tanques, 480 piezas de artillería y una fuerza aérea modesta, compuesta por 16 helicópteros multifunción y algunos aviones de transporte.
En el mar, la diferencia también es notable. Tailandia cuenta con un portaaviones, siete fragatas y 68 buques de patrulla, mientras que la marina camboyana opera con apenas 13 embarcaciones y unos 2,800 efectivos.
La comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de las relaciones entre Tailandia y Camboya. A pesar de los llamados al diálogo, el riesgo de una confrontación más prolongada sigue latente. Mientras tanto, miles de personas que viven cerca de la frontera han comenzado a evacuar sus hogares, temiendo que la violencia escale.