CORTÉS, HONDURAS. Por décimo tercera ocasión, la fundación Starkey benefició a cientos de hondureños con problemas en el sistema auditivo, dándoles la alegría de escuchar los sonidos y voces de sus seres cercanos de nuevo, otros, incluso, que nunca antes lo habían experimentado.
Lágrimas de felicidad, emociones, risas e incluso sorpresa fue lo que más de 800 personas sintieron este día al recuperar, por medio de un complejo aparato, su capacidad auditiva.
Todo esto ocurrió en la ciudad industrial del país, San Pedro Sula, específicamente la 105 Brigada de Infantería.
Starkey es una fundación global que tiene el objetivo de ayudar a las personas cuyo sistema auditivo ha sido afectado o nacieron sordos. La coordinadora de Starkey Centroamérica, Karla de Rondó, conversó con TIEMPO Digital y señaló lo siguiente:
«Se no has pedido ayuda para que la gente pueda escuchar, que esa es la misión principal de nosotros, ayudar a personas que no tienen los recursos para obtener sus aparatos. El escuchar es un bendición del Señor. Las conversaciones con sus familiares, el entorno que nos rodea», dijo.
Un trabajo en conjunto
Toda gran labor social requiere de la unión de varias partes, y esta migrada auditiva contó con el esfuerzo de las Fuerzas Armadas de Honduras, médicos, entre ellos siete especialistas e incluso estudiantes de colegio que se encargaban de traducir lo que los médicos decían a los beneficiados, ya que un grupo de ellos (médicos) no habla español.
El resultado de ello es una innumerable cantidad de hondureños beneficiados a lo largo de 13 años que antes no escuchaban o lo hacían parcialmente. Y más de un millón en todo el mundo.
Otras ciudades en Honduras en las que han estado son La Ceiba, departamento de Atlántida, y Tegucigalpa, la capital ubicada en la zona central del país.
Mil dólares por persona
El aparato que devuelve el sentido del oído a las personas tiene un precio aproximado, según datos de Starkey, de al menos mil dólares el par. Lo que en moneda nacional sería casi L25 mil actualmente. Aunque en las clínicas hondrureñas, según comentaban algunos pacientes, lo puede adquirir por hasta en L40 mil, y no todos tienen la solvencia economía para hacerlo.
«Hay niños llorando, gente mayor que al ponerle el aparato y escuchan por primera vez o ya sen padres al mirar al su hijo la emoción que les causa (…) eso les cambia la vida», comentó la coordinadora Karla de Rondó.
«Cuando me dijeron de mi problema me angustié mucho»
Uno de los casos a remarcar, y testimonio del beneficio dado a los hondureños, es el de una señora, quien luego de que un médico le colocó los aparatos en sus oídos y le dijo «¿Escucha?», inmediatamente sus ojos se llenaron de lágrimas, pues creyó que jamás iba a hacerlo de nuevo.
Ella, entre lágrimas y con voz solloza, dijo a TIEMPO Digital «cuando me dijeron de mi problema me angustié mucho, pero el tiempo del Señor es perfecto y estoy agradecida». Hoy, la mujer regresó a casa con los ánimos renovados.
Otras personas, en cambio, expresan su alegría de otra manera, tal y como lo hizo una segunda fémina, que se dispuso a cantar sin importarle quién la mirara o qué pensaran acerca de su entonación musical.
Por esa razón es que Starkey le llama a ese lugar «el área de los milagros».
¿Cuál es el proceso de selección de los beneficiados?
Las más de 800 personas beneficiadas fueron aprobadas con anticipación por la fundación Starkey desde el año anterior.
La fundación es la encargada de evaluar al posible beneficiado y posteriormente aprobar la ayuda si en realidad necesita la prótesis de oído. En caso de ser aprobado, al paciente se le entrega un carné, el cual hace constar que está dentro del proyecto para ser beneficiado.
«No hay palabras para describir el sentimiento al mirar a esas personas»
Por otro lado, el coronel Ramón Castillo, uno de los colaboradores del proyecto, no contuvo su agradecimiento a la fundación Starkey por la ayuda dada a los hondureños. Confesó que para él «no hay palabras para describir el sentimiento al mirar a esas personas (beneficiados)». Y agregó «la verdad que es un momento conmovedor».
