Tegucigalpa, Honduras.- Desde el año 2022 al 2024, los hondureños tuvieron que enfrentarse a un promedio de cuatro horas diarias sin energía eléctrica, según un análisis emitido por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
El informe realizado a través de Centro Nacional de Despacho de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) determina que desde abril de 2022 a la misma fecha del 2024, en al menos 32 mil 371 horas no hubo suministro energético.
La mayor problemática de interrupciones se presentó de enero a mayo del año en curso, que comprende el primer y segundo trimestre, cuando la ola de colar por el fenómeno de Niño azotó el país. En ese sentido, los apagones generaron un impacto económico de hasta 75.5 millones de dólares (unos 1,869 millones de lempiras al cambio).
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Sobre el tema, el oficial de Política Económica del Cohep, Alejandro Kaffati, afirmó que, sumado a los 75.5 millones de dólares, el sector productivo-empresarial registró pérdidas que superaron los 100 millones de lempiras mensuales.
Kaffati explicó que las interrupciones energéticas atrasaron el desarrollo de los hogares. Mientras que en la zona sur, región atlántica y zona norte reportaron pérdidas en insumos, empacamiento de productos finales, restricción de horarios que limitaron los horarios de trabajo y con ello una afectación financiera.
«Hemos insistido en la necesidad de un plan para poder garantizar el servicio de energía. No podemos generar desarrollo y prosperidad sin un suministro (de energía) estable en el territorio nacional», enfatizó.
Apagones representan un 20 % de salarios
El empresario de la costa norte del país, Raúl Peña, dijo que durante los primeros meses de este año registraron hasta ocho horas semanales sin el servicio eléctrico, unas 32 horas mensuales.
«Hay muchos apagones y no hay ningún plan para resolverlo. Los del gobierno no entienden la problemática que tenemos nosotros. Cada vez que cortan la luz cuatro horas, dos veces a la semana son 8 horas, tenemos que ver qué hacemos con los empleados y se detiene la producción», manifestó.
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Agregó que «son 32 horas al mes sin luz. Se convierten en un 20 % del salario que le pagamos a un empleado. No se puede parar la producción, sobre todo en la costa norte, que genera el 64 % de productividad«.
Cerró señalando que, aunado a las pérdidas por apagones, se enfrentan a los bajos precios del mercado para la venta de los diferentes productos.
10 días al mes sin luz
Sobre el tema, el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE), Mario Aguilar, sostuvo que en el segundo trimestre de este año, que comprende de abril a mayo, al menos 10 días al mes no se suministró el servicio eléctrico.
«En el trimestre más agudo de abril se consumieron alrededor de dos mil megavatios, de esos, 1,700 fueron con líquido negro. Esa potencia se compró y es altamente carísima, incluido Brassavola, que sale altamente caro y no dio los resultados esperados indicados en el plan de contingencias», manifestó.
Aguilar sostuvo que durante el segundo trimestre del 2024 la zona noroccidental y noratlántica se registraron las mayores afectaciones por los apagones, con un promedio de hasta de 10 días al mes sin el servicio energético.
«Las afectaciones fueron más grandes en la zona noroccidental, noratlántica y el Bajo Aguán, en otras regiones un tanto menos. La población está molesta en la forma que fue estructurada la estrategia, por todo lo que estaba en ese trimestre. Porque ya se sabía de la ola de calor y la demanda de energía«, afirmó.
Se requiere nuevo plan para el 2025
Aguilar, por otra parte, afirmó que se deben tomar nuevas medidas para evitar que el 2025 continúe la precaria situación del sistema energético.
«El tema energético es un problema estructural en el país. Es importante que la administración del gobierno llegue a un acuerdo con los generadores. Es fundamental que todo lo que está haciendo en los planes de generación y transmisión, puedan encaminarse a planes de inversiones que se estimen convenientes para sostenibilidad del servicio», expuso.
Asimismo, señaló que se debe gestionar la potencia de alrededor de 350 megavatios para el 2025. Estos, sumados a los que establecieron en el plan de contingencias de este año. «Eso va a ser algo caro porque lo tenemos a siete meses», subrayó.
«Es fundamental meter un bloque de potencia de generación licitado de 1,500 megavatios de energía verde y renovable. El Tablón, Llanitos y Jicatuyo que puedan ser sumados al plan de licitación», sentenció.
Conocen de las fallas
A criterio del comisionado de la Comisión Reguladora de la Energía Eléctrica (CREE), Wilfredo Flores, la solución a la problemática parte de poder contabilizar las fallas en el sistema eléctrico.
«Históricamente, Honduras ha tenido este problema en el sector eléctrico que estuvo intervenido. La parte de distribución estuvo manejada por una empresa privada y no tuvieron soluciones. El ente regulador está encima de estos números, tenemos una fiscalización que antes no existía», manifestó.
Flores reveló que la línea 138 (El Progreso a Tela) que alimenta la zona Atlántica, es una de las que más presenta problemas.
«La microempresa es la que menos consume y ese sector se está subsidiando. Pero no significa que no deberían (la ENEE) proveer un buen servicio», cerró.
Ataques con fines políticos
Ante los señalamientos, el ministro de Energía y gerente interino de la estatal, Erick Tejada, afirmó que las altas pérdidas denunciadas por los empresarios son ataques con fines políticos.
«Desde el 2016 se financió un contrato y se pagaron 23 mil millones de lempiras, pero las pérdidas se incrementaron en 8 %. Desde que no se hizo ninguna inversión en distribución y transmisión hay problemas de interrupciones«, apuntó.
Tejada lamentó «que vengan ciertos empresarios con fines políticos a atacar el gobierno», pues «todo el problema de pérdidas e interrupciones no cayó del cielo, es heredado».
A siete meses de la nueva temporada seca en el país, los hondureños piden que las autoridades tomen las medidas necesarias para evitar una nueva crisis energética.
