TEGUCIGALPA. Víctima de asalto en la Colonia 15 de septiembre atropelló a uno de los malhechores y se salvó de morir en la capital de Honduras.

El afectado iba en su carro, seguidamente fue despojado de dos teléfonos celulares. Los dos asaltantes iban cada uno en una motocicleta.

Uno detrás y otro frente al vehículo del ciudadano que fue atracado. Además, según el testimonio que tiene la Policía, los maleantes le habrían dicho «seguínos» al propietario del vehículo.

En un osado acto, el conductor del automóvil aceleró el carro y logró embestir al malhechor que iba delante del vehículo. El valiente hecho dejó herido al delincuente, y la motocicleta quedó bajo el carro.

El delincuente por miedo a que llegara la policía, subió a la motocicleta de su compinche y se dieron la fuga. Las autoridades policiales de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) están en el lugar para hacer las indagaciones correspondientes al caso.

Le caen 136 años de reclusión a pastor por violar menores

Un pastor evangélico fue condenado este martes a purgar 136 años de cárcel por ocho delitos de violación especial en perjuicio de cuatro niños, a quienes les juraba que era un mandato de Dios para evitarles tragedias a sus familias y el escenario sexual era la iglesia que pastoreaba, informaron fuentes judiciales.

La condena fue dictada por la terna de jueces, en la capital, por unanimidad de votos contra el ahora expastor de la iglesia evangélica “Resurrección de Cristo”, Franklin Geovanny Cabrera Sierra (48).

El religioso fue hallado culpable y en la individualización de la pena se determinó que estará 136 años recluido, ya que fue calificado como autor de ocho delitos de violación especial en perjuicio de cuatro infantes que al momento de los hechos eran menores de 14 años y residían en la colonia La Independencia, en Comayagüela.

El tribunal le impuso a Cabrera Sierra una pena de 17 años por cada uno de los delitos cometidos, los que sumados hacen un total de 136 años de reclusión, que el imputado deberá cumplir en concurso real, es decir una en pos de otra.

Según hechos probados ante el Tribunal de Sentencia, las violaciones sucedieron en los años 2004, 2005, 2009 y 2012, en la iglesia donde se congregaban los menores, como en su casa de habitación, aprovechándose de su condición de líder religioso.

Cabrera Sierra cometía los ilícitos utilizando el mismo patrón con los niños, diciéndoles que Dios le había revelado que algo malo le iba suceder a sus familias y que para evitarlo debían tener un acercamiento del cuerpo a través de relaciones sexuales con él.

Por su inocencia, los niños accedieron para evitarles desgracias y males mayores a sus familias, pero una vez que relataron a sus padres lo sucedido el encausado fue detenido y remitido a la Fiscalía Especial del Menor, que le formuló la acción penal por ocho delitos de violación especial.