SAN PEDRO SULA, HONDURAS. La solidaridad de los hondureños afloró más ante la catástrofe que dejó Eta en su paso por el territorio nacional, pero así como algunos llevan esperanza a los afectados, otros se aprovechan y causan mayores daños.
Desde días atrás se reportó que en el departamento de Cortés, uno de los más afectados, estructuras criminales y ciudadanos se aprovechan de la crisis para cometer sus fechorías.
Hoy, en horas de la tarde, dos voluntarios fueron asaltados cuando se encontraban repartiendo comida en la colonia Miguel Paz Barahona. Se conoció que sujetos, por robarles sus pertenencias, los sometieron con armas de fuego. Lo mismo ocurrió con una de las vecinas del sector, a quien habrían obligado a entrar a la vivienda a punta de pistola.
Además: Óscar, el niño vendedor de dulces que donó todas sus ganancias a afectados por Eta
En grupos de ayuda compartieron la información y notificaron de inmediato al Sistema de Emergencias 911. Minutos después una de las afectadas informó que estaban sanos y salvo junto a su acompañante.
«Fuimos víctimas de un asalto bastante feo», escribió en su red social personal. Expresó que por ayudar al más necesitado pasaron por esa situación, por lo que pidió a los voluntarios tener mucho cuidado en las calles.
Además, apuntó que «uno anda con toda la buena intención pero los demás no». Por fortuna, dijo que solamente quedaron incomunicados, pues les llevaron sus teléfonos.
No es la primera vez
En el auge de la crisis en La Lima, rescatistas que llegaron en su lanchas estaban siendo obligados a pagar extorsión a las estructuras criminales del sector La Planeta.
Otros, a punta de arma, fueron bajados de sus lanchas y dejados en zonas con graves inundaciones. En ese momento las alarmas se encendieron en el norte, asaltos, robos y cobros en plena crisis.
Sumado a ello, en el sector Rivera Hernández, ciudadanos alertaron a los vecinos que regresaran y no dejaran sus casas vacías. Grupos de personas aprovechaban que las viviendas estaban solas y las saqueaban.
Lamentables situaciones se registran en un momento grave, donde miles y miles de hondureños quedaron en la calle. El desastre es incalculable y solo la unión de todo un país nos hará resurgir de las cenizas.
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