SALIÓ
Podéis dormir en paz desde el sábado los que tanto “querían” a Juan Jiménez Mayor. El ex vocero de la MACCIH está en Lima, Perú desde el pasado sábado. Salió por Toncontín en medio de un enjambre de periodistas que fueron a ver si le sacaban alguito más de lo que ya había dicho en estos días. “El que ríe de último ríe mejor”, respondió a una de las preguntas de la muchachada.
TERROR
Y a que no adivinan cuál de los tantos señalados en las “líneas” de investigación de la desmantelada misión de la OEA mandó a su esposa a merodear el aeropuerto para asegurarse que el terror de sus noches de desvelo agarraba vuelo. La guapa joven señora andaba paseándose por el área de salidas internacionales diz que porque estaba despidiendo a una amiga, pero lo cierto es que nunca se vio acompañada.
DESCARADOS
Por cierto, serán papos o serán descarados. Pero los uñudos hondureños ahora pagan y cobran coimas en cheques y dejan rastro de las travesuras que hacen para sacarle sangre a las arcas del Estado. Al menos eso comentó JJM antes de irse. “Por todos esos rastros que han dejado es que los hemos descubierto”, comentó el peruano, que a esta hora ha de estar almorzando un ceviche en la capital de la alta cocina suramericana.
FUENTES
Se pone bueno un capítulo sobre las libertades de prensa en Honduras. La agencia de noticias AP presentó hace unos días un recurso legal ante la Fiscalía hondureña para tratar de evitar que los policías mencionados en un reporte periodístico de haber hecho favores a “narcos” y a pesar de ello llegar a la cúpula de la institución, logren que se autorice un vaciado telefónico que revele las fuentes de la información.
POZO
Los Alianza suspendieron la movilización que tenían programada realizar ayer domingo frente a la temida cárcel de El Pozo. El anuncio lo hizo el coordinador general en un tuit en el que dijo que el gobierno niega los presos políticos metidos al bote tras las protestas de diciembre y enero. El Ministerio de Seguridad publicó un tamagás asegurando que la actividad buscaba “liberar” a los mareros que están en la prisión santabarense. Sigue el «mais» a peso.
