REDACCIÓN.-Vilma Trujillo es el nombre de la desafortunada mujer nicaragüense que por “revelación divina fue arrojada al fuego.
Tras serias quemaduras, la ciudadana de Nicaragua, de 25 años de edad, murió luego de una larga agonía.
Según informes de la Policía Nacional de Nicaragua, ella fue llevada a someterse a una “oración de sanación”. Esto lo hizo el pasado 15 de febrero del año en curso.
Fue en la Iglesia Visión Celestial de las Asambleas de Dios en la comunidad El Cortezal, al noreste de Nicaragua.
Ahí permaneció “amarrada de pies y manos” bajo la supervisión del pastor de esa iglesia protestante.
El pastor fue identificado por las autoridades como Juan Gregorio Rocha. (A quien la Asamblea de Dios no reconoce como pastor).
El 21 de febrero después de la media noche fue cuando ocurrió el acto que causó la muerte a Trujillo.
La joven sufrió quemaduras graves, de primero y segundo grado, en el 80% del cuerpo, y aunque fue trasladada a un hospital de Managua, la capital del país, falleció el martes por la madrugada.
“Le hicieron brujería”
El esposo de la víctima, Reynaldo Peralta, dijo que su esposa, madre de dos niños, había sido tomada por la fuerza por miembros de la iglesia, pues la acusaban de haber intentado atacar a varias personas con un machete.
Pero para él, Trujillo no estaba “endemoniada” sino que había sido víctima de un acto de “brujería”.
“Ella tomaba un remedio que le dio un hombre, quien ahora la familia de Vilma me contó que la había violado. Y desde que comenzó a tomar eso, cambió un poco conmigo”, dijo Peralta al diario La Prensa.
En su defensa, Julio Gregorio Rocha dijo al mismo diario que Trujillo cayó al fuego “cuando el espíritu del demonio salió de su cuerpo” , por lo que negó que alguien la hubiera arrojado.
Cinco detenidos
Hasta ahora fueron detenidas cinco personas por este crimen: el pastor Juan Gregorio Rocha, la diaconiza Esneyda del Socorro Orozco.
También fueron entregadas a la fiscalía tres personas que solo fueron identificados como Franklin Jarquín Hernández, Tomasa y Pedro José, quienes presuntamente también participaron en el ritual.
El caso ha causado conmoción en Nicaragua, donde el catolicismo ha caído a menos del 50% de la población en los últimos 20 años, mientras que el protestantismo ha crecido hasta casi el 40%.
Ante este caso, el portavoz de la Comisión de Derechos Humanos de Nicaragua, Pablo Cuevas, pidió al gobierno un control más firme de los grupos religiosos en el país.
“Es increíble que en este momento sucedan esas cosas, debe haber una revisión por parte de las autoridades de las distintas denominaciones y religiones. No podemos hacer que sucedan cosas como estas”, dijo.
En tanto, la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo , dijo que “es realmente lamentable y condenable” este caso.
“Por supuesto que refleja una situación de atraso. Es realmente lamentable, una hermana que fue martirizada por miembros de su comunidad. Algo que no puede, no debe repetirse”, dijo Murillo a medios locales.
