¡Madrid aplasta al Deportivo La Coruña y sueña aún con el campeonato!

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Real Madrid no le pierde pisada al Barcelona y se mantiene con chances en la Liga tras golear por 6-2 al Deportivo La Coruña.

Los primeros veinte minutos del Madrid en La Coruña fueron de lo mejor del año. Vinieron lanzados por un gol de Morata nada más salir. Danilo robó, prolongó para Isco y éste para Morata, que remató de forma inapelable. El resto de remates ya sí que se los apelaron. Pues Morata estuvo bien, pero a la vez desesperante. Es un jugador difícil de analizar. Valioso pero de los que siempre provocan el lanzamiento de algún objeto contra el suelo.

El gol se cantó mucho en las gradas de Riazor, como si la estirpe merengona de la ciudad aflorara de viejas catacumbas. La noche, fría, fue agradable. Sólo le pitaban insistentemente a Lucas Vázquez, al parecer por el hecho -no del todo culpable- de ser gallego.

A partir del gol el Madrid jugó con una alegría renovada. Chutaron Asensio, Isco, Morata , James… el promedio era de una llegada con peligro cada dos minutos y medio. Ese era el ritmo de los buenos tiempos.

En el 13 llegó el segundo. Una conducción de James, pared con Lucas y remate de vuelta del colombiano con descabello del exterior de su zurda, que ha recuperado la altanería (qué cosa horrible es un zurdo deprimido). Ese once suplente no puede decirse que sea mejor que el titular, pero sí que jugó mejor. Los jugadores estaban rápidos, resueltos, y entre ellos había también una refrescante solidaridad, como si se estuvieran labrando un futuro juntos.

Este grupo liguero de última hora puede darle la vida al Madrid. El once titularísimo está sobrecargado de obligaciones, expectativas y años. Pero ver a estos jóvenes apetece. Había algo además equilibrado, armónico. Isco se sentía importante, con un espacio y un lugar para su juego de hermosuras.

Las bandas estaban recorridas por Asensio y Lucas, Morata y Kovacic estabilizaban el conjunto en una especie de 4-1-4-1 y James reafirmaba su voluntad de permanecer. ¿Podría ser esta liga del Madrid una Liga mixta, reivindicativa, de una Quinta de Isco que le saliera de dentro de la BBC?

Tras el segundo gol el Madrid se tomó un ligero descanso. El Dépor chutó por primera vez en el 22, por Carles Gil. Disfrutó de unos minutos de pelota e incluso creó peligro. El Madrid tenía las contras, pero se durmió un poco en la terminación. Lucas falló solo ante Lux y sobre todo falló Morata, que en un mano a mano ante el portero se la tiró al rostro. Fue un cara a cara absolutamente literal. Era un fallo tan grande que invocaba por si solo la vieja ley futbolera. Perdonó el Madrid y metió al Dépor en el partido. En el 34 marcó Andone, tras un pase desde la derecha que rebañó Kakuta. El partido se animó. En la banda, Mel y Zidane parecían un concurso de imitadores de Telly Savalas.

El Dépor inquietó llegando sobre todo por la derecha, revelando alguna inseguridad de Casilla. De toda duda le volvió a sacar Isco al Madrid. En el 34 robó la pelota, corrió directo hacia la corona del área, se fue de un rival y luego se dio la vuelta sobre sí mismo. No era el habitual caracoleo introspectivo, se corrigió para abrir a Marcelo, que luego cedió el gol a Lucas.

Lo de Isco no solo fue bonito, fue útil, y además fue oportuno. Rodeado de esos futbolistas, «rejerarquizado» en el equipo, el campo parece otro para él. El área ya no es una zona de la que alejarse o ante la que rondar eternamente como un enamorado pelma e impotente. Ahora abre las defensas, pasa, y dirige el final del ataque madridista con intenciones muy serias. Abusando un poco podría decirse que se la ha afilado el barroco, llenándosele de gravedad. En estos partidos y con estos compañeros, al menos.

El partido se reanudó ya domado. El Madrid jugó con un tono algo menor que al inicio, pero agradable. Apetecía ver a ese equipo que alcanzaba en Nacho su punto más serio y en Asensio su punto más estético. La contra que le regaló a Lucas en el 58 fue memorable. Es el que mejor corre con balón. Lucas y Morata, los revulsivos anteriores, estaban fallones. El nuevo pulso es de Asensio y de un Isco devuelto a la «Más gloriosa media punta nacional».

Se le suma un James progresivo, que marcó el cuarto tras minutos de diversión. Isco llegó a intentar una ruleta con tacón y luego marcó el quinto a puerta vacía y se marchó ovacionado. Cada contra del Madrid era la reivindicación personal de alguien con mucha hambre.

Andone marcó otro gol del Dépor, para que la gente no se le terminara de ir del campo, y Casemiro remató de lejos a un portero de manos muy blandas.