EL SALVADOR. José Salvador Alvarenga, de 36 años, y su difunto colega, Ezequiel Córdoba, de 22 años, pasaron más de un año naufragando a expensas de cualquier peligro en altamar durante una expedición de pesca.
Para este mes de noviembre se cumplen 3 años de aquella experiencia. Alvarenga no sabía que su expedición le llevaría en un viaje de más de 10.700 kilómetros a través del Océano Pacífico, que se completó en las Islas Marshall.
En una entrevista con el diario The Guardian, Alvarenga dice que dos días después de embarcarse, se enfrentó a la primera tormenta,donde su embarcación quedó llena de agua al punto de casi hundirse. Su compañero, Córdoba era quien tenia la ardua tarea de sacar todo el agua posible mientras Alvarenga conducía el barco a una zona segura. Sin embargo el motor cedió llegando cerca de una costa, el capitán y su ayudante pidieron ayuda por radio, mientras esta llegaba para socorrerlo ambos pescadores tuvieron que arrojar los peces, hielo y botes de gasolina al agua para aliviar la embarcación de tanto peso.
[ot-caption title=»» url=»https://www.tiempo.hn/wp-content/uploads/2015/11/jose-salvador-alverenga-620×349.jpg»]
Finalmente los hombres quedaron incomunicados ya que la radio tambien dejo de funcionar, todo contacto con la civilización quedó nulo y los continuas tormentas colocaban en gran peligro el barco.
Durante los siguientes días los vientos alejaron la embarcación perdiendo así cualquier posible ubicación de los sobrevivientes, el compañero de Alvarenga enfermó a raíz de comer pescado crudo por tantos días, como medidas de supervivencias bebían agua de lluvia, ademas de comer aves marinas y tortugas e incluso en muchas oportunidades tenían que beber su propia orina, testificó Alvarenga.
Durante esta experiencia aterradora ambos hombres oraron a Dios pidiendo perdón por sus errores y pecados y encomendando sus vidas en manos de Él. A los pocos meses Córdoba falleció. Esta trágica perdida desconsoló a José Alvarenga al punto de sentirse culpable por la muerte del joven. A pesar de toda la tragedia José Alvarenga testifica de que Dios escuchó su clamor y el deseo de querer volver a ver a sus hijos y familia, ya que a los pocos días logró visualizar tierra firme y de inmediato comenzó a remar encontrándose con residentes de las Islas Marshall quienes acudieron a su rescate. Después de su experiencia, Alvarenga publicó el libro “438 Días: Una historia real y extraordinaria de supervivencia en el mar”Pescador naufragó durante 438 días y afirma que Dios lo salvó de la muerte.
El salvadoreño José Salvador Alvarenga, de 36 años, y su difunto colega, Ezequiel Córdoba, de 22 años, pasaron más de un año naufragando a expensas de cualquier peligro en altamar durante una expedición de pesca.
Para este mes de noviembre se cumplen 3 años de aquella experiencia. Alvarenga no sabía que su expedición le llevaría en un viaje de más de 10.700 kilómetros a través del Océano Pacífico, que se completó en las Islas Marshall.
www.bibliatodo.com
En una entrevista con el diario The Guardian, Alvarenga dice que dos días después de embarcarse, se enfrentó a la primera tormenta,donde su embarcación quedó llena de agua al punto de casi hundirse. Su compañero, Córdoba era quien tenia la ardua tarea de sacar todo el agua posible mientras Alvarenga conducía el barco a una zona segura. Sin embargo el motor cedió llegando cerca de una costa, el capitán y su ayudante pidieron ayuda por radio, mientras esta llegaba para socorrerlo ambos pescadores tuvieron que arrojar los peces, hielo y botes de gasolina al agua para aliviar la embarcación de tanto peso.
Finalmente los hombres quedaron incomunicados ya que la radio tambien dejo de funcionar, todo contacto con la civilización quedó nulo y los continuas tormentas colocaban en gran peligro el barco.
pescador-sobrevive-agradece-a-Dios
José Alvarenga testifica que Dios lo salvó
Durante los siguientes días los vientos alejaron la embarcación perdiendo así cualquier posible ubicación de los sobrevivientes, el compañero de Alvarenga enfermó a raíz de comer pescado crudo por tantos días, como medidas de supervivencias bebían agua de lluvia, ademas de comer aves marinas y tortugas e incluso en muchas oportunidades tenían que beber su propia orina, testificó Alvarenga.
Durante esta experiencia aterradora ambos hombres oraron a Dios pidiendo perdón por sus errores y pecados y encomendando sus vidas en manos de Él. A los pocos meses Córdoba falleció. Esta trágica perdida desconsoló a José Alvarenga al punto de sentirse culpable por la muerte del joven. A pesar de toda la tragedia José Alvarenga testifica de que Dios escuchó su clamor y el deseo de querer volver a ver a sus hijos y familia, ya que a los pocos días logró visualizar tierra firme y de inmediato comenzó a remar encontrándose con residentes de las Islas Marshall quienes acudieron a su rescate. Después de su experiencia, Alvarenga publicó el libro “438 Días: Una historia real y extraordinaria de supervivencia en el mar”
