Vídeo: Pastor pide esposas «prestadas» obedeciendo mandato divino

A los esposos que se negaban al acto, que a veces el hacía que ellos presenciarán, les metía las manos en una olla de agua hirviendo, como castigo divino.

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REPÚBLICA DOMINICANA.- Pastor pide esposas «prestadas» en lo que llama un acto de úncion por mandato divino.

Francisco Castillo es el nombre del pastor dominicano que pedía a sus congregantes masculinos tener relaciones íntimas con sus esposas.

pastor pide esposas
Jullisa Gómez es una de las feligresas que se congrega en esa iglesia y explica como se dió a conocer los abusos de Francisco Castillo.

Según Castillo el simplemente estaba cumpliendo con un mandato divino. Vaya mandato divino, nada más y nada menos que tener encuentros sexuales con sus feligresas, con el consentimiento de sus esposos o novios.

El pastor pide esposas y si no es obedecido por los esposos, amenazaba a los fieles diciéndoles que si no le pasaban a su esposa, para el poder tener relaciones sexuales, un tsunami o otro desastre natural iba a atacar la isla.

A los esposos que se negaban al acto, que a veces el hacía que ellos presenciarán, les metía las manos en una olla de agua hirviendo, como castigo divino.

Esto estuvo sucediendo durante poco más de un año,  hasta que con una de las esposas, se encariño, entonces dijo a su marido que Dios mandaba que ella estuviera viviendo sola. Solo el pastor podía y debía hacer visitas maritales.

Al esposo no le pareció correcto y empezó a discutirlo reuniéndose con la gente de la comunidad, para que despertarán que algo estaba incorrecto, que su comportamiento no era ni justo, ni propio de alguien que debe guiar y enseñar valores a una sociedad.

Decidieron entonces, emboscarlo, se reunieron, lo llamaron por teléfono y grabaron lo que dijo, el mandato de Dios de que el debía proteger el mundo mediante consumar el acto sexual, la comunidad entregó las grabaciones a las autoridades quienes procesaron el caso.

Medios de comunicación digitales dominicanos lograron entrevistar a una mujer que se atrevió a romper el silencio. Jullisa Gómez es una de las feligresas que se congrega en esa iglesia y explicó la versión de la comunidad.

En su entrevista cuenta como resultó todo, mientras la comunidad indignada exige este pastor pague por aprovecharse de la necesidad espiritual de una comuna entera.