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viernes, marzo 29, 2024

Opinión de Carlos Funez: Lecciones y reflexiones que deja el Covid-19

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Por: Ing. Carlos Funez Aguilar. –Es ampliamente notorio que en los actuales tiempos modernos estamos viendo muchos cambios sociales, ambientales y sanitarios, la mayoría de estos cambios no son para bien nuestro ni de las futuras generaciones de hondureños, porque nos damos cuenta que nada abonan y ayudan a nuestro entorno social y familiar.

Ya que aún, en los países menos desarrollados como el nuestro, en el que hace algunos pocos años atrás, teníamos hondureños nobles con dignos gestos y actitudes de inocencia en todos sus actos y comportamientos personales de tipo social y humano, como la sinceridad y el respeto para las demás personas; lo cual en alguna medida se ha perdido para siempre.

Ya nuestro respeto y reverencia por los niños y por los adultos mayores ha quedado en el olvido, hasta hace algunos años no existían los odios y rencores interfamiliares, que hoy están a la orden del día entre padres, hijos y hermanos. Y no digamos en los matrimonios qué hace un tiempo fueron nidos de amor, donde imperaba la comprensión, la tranquilidad, el mutuo respeto, y el amor por la familia.

Ahora los depredadores sexuales no vienen de la calle, sino que aparecen dentro del grupo familiar de padres, hijos, tíos, primos y amigos de la familia. Estos no son casos esporádicos e infrecuentes, son casi la generalidad de la regla.

Estoy súper seguro qué más de una persona puede pensar interiormente, que el Covid-19 puede ser una fuerte advertencia enviada por Dios por la descomposición social que está manejando el mundo para que en el futuro seamos entre nosotros más humanos y solidarios.  Estas y muchas otras cosas mal puestas, cambiará el coronavirus en Honduras?.

Por otro lado, la baja capacidad de respuesta de nuestras autoridades gubernamentales específicamente las de salud, frente a una pandemia mundial cómo esta qué nos ha puesto a todos de rodillas; denota que nunca nos hemos preocupado por fortalecer los mayores pilares de desarrollo como son la salud, educación y seguridad de la ciudadanía. Cómo es posible que en las más altas esferas del gobierno sientan gran orgullo y satisfacción por tener algunas de las mejores carreteras, puertos y aeropuertos de Centroamérica, lo que es una falacia y por otro lado tenemos las peores escuelas, colegios, hospitales y centros de salud no sólo de Centroamérica, sino del mundo entero y que constituyen la mayor afrenta y vergüenza para el pueblo hondureño.

Adicionalmente el hecho de poseer un sistema de salud ineficiente ha repercutido directamente en el alto porcentaje de infectados y mortalidad en nuestro país por esta pandemia, de las 23,726 personas infectadas   solamente se ha recuperado el 10% y el índice de mortalidad es casi el 3%; en países cercanos como Costa Rica el número de infectados es de aproximadamente 5,266 con un índice de mortalidad de apenas el 0.4% y un índice de recuperación mayor al 33%.  ¿En que se basa la diferencia entre estos dos países?, conste que ni siquiera nos estamos comparando con un país del primer mundo.

No debemos seguir sacando provecho y ventaja política hasta de las mentiras, los altos funcionarios de los tres poderes del Estado deben ser más serios y consistentes, no se puede pretender seguir engañando al pueblo hondureño; que merece el mayor de los respetos. No podemos seguir tratando de cubrir las verdades con cosas irreales y falsas.

Otro aspecto que nos destapó como pueblo hondureño fue nuestro nivel de irresponsabilidad al no saber acatar los lineamientos y pautas a seguir en esta pandemia, los cuales fueron formulados por los técnicos y expertos en la materia para la elaboración de los protocolos correspondientes y máxime en el departamento de Cortés con mayor número de infectados y muertos en la ciudad de San Pedro Sula.

Otro aspecto que quedo manifiesto ante el pueblo de Honduras es que ni los políticos, grupos gremiales o locales y comunales alcaldías mostraron que tienen muy bajo nivel de liderazgo, la gente hizo lo que quiso a su antojo y capricho.

Yo pienso que a la gente este confinamiento y encierro le ha sabido más a un feriado largo que a otra cosa, lamentablemente hemos pagado caro nuestra desobediencia e irresponsabilidad porque se han ido de esta vida muchos ciudadanos hondureños que no creyeron en las medidas de bioseguridad a tomar y en la gravedad de la pandemia y que como consecuencia ya no están a lado de sus seres queridos y amigos.

Otro aspecto que se mostró ampliamente por COPECO y otras instituciones de estado que intervinieron en la compra de insumos para paliar  la pandemia fue que la corrupción si compartió cualquier criterio que lo que es la corrupción nos ubique como un país de los más corruptos del mundo.

Por último, daré la buena nota de esta pesadilla que hemos pasado los hondureños, la cual es que tres doctores hondureños: Fernando Valerio, Oscar Díaz y Miguel Sierra sugirieron lo que, a mi juicio, de acuerdo a la opinión de los galenos fue para sacar de un colapso total a nuestros hospitales y salvar un mayor número de vidas. El país les reconocerá y agradecerá eternamente a estos doctores por su aporte patriótico y desinteresado.

Muchas Gracias

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