San Pedro Sula, Honduras. Harry y Wendy conducen hacia un conocido negocio de pollo frito del centro de la ciudad. Deciden estacionar su auto, un Kía Río 2002, en el parqueo del lugar.
Harry se considera un buen conductor, pero eso no evita que un desconocido comience a darle instrucciones de cómo estacionarse correctamente. De esta manera, el desconocido que viste un chaleco amarillo intenta entablar un vínculo con Harry y Wendy. Se ofrece a «cuidarles» el carro. Lo anterior a pesar que el lugar cuenta con varios guardias de seguridad. Sin embargo, a Wendy el desconocido le inspira temor.
– Si le hubieras dicho que no, pienso que pudo hacerle algo al carro, le dice Wendy tiempo después a Harry. Ya han salido de la pollera y le han dado diez lempiras al cuidador de carros no solicitado.
«Dueños» de parqueos por todos lados
Escenas como la anterior son comunes en San Pedro Sula. Esto ocurre en prácticamente todas las zonas de la ciudad. David López, quien trabaja en una agencia de publicidad ubicada en la Avenida Circunvalación de San Pedro Sula, paga 300 lempiras mensuales a una pareja de «cuida» carros.
«Ellos se ubican desde las ocho de la mañana afuera del edificio de oficinas de la agencia donde laboro. Les pago porque no me permitían estacionarme en los lugares del edificio y me tocaba dejar el carro muy lejos de la oficina», declara López.
David asegura que ya han denunciado a los supuestos cuidadores, pero siempre regresan. «Las autoridades se los llevaron en patrulla una vez y a los días estaban allí de nuevo», informó. Además agregó que otra ciudadana tuvo un altercado con los cuidadores.
«Una compañera de trabajo discutió con ellos y días después le quebraron el vidrio del carro. Los cuidadores negaron haber sido los autores y con eso la presionaron a pagar los 300 lempiras», aseguró el afectado.
Algunos luchadores y otros extorsionadores
No cabe duda que no todos los cuida carros son iguales. Algunos con su amabilidad y buenas maneras se ganan la simpatía de los conductores. Es el caso de «El chele», un cuida carros que trabaja en la zona viva de Jardines del Valle.
«El chele» es famoso entre los visitantes de los bares y restaurantes de la zona. Lo anterior porque comenzó cuidando carros en el centro de la ciudad y fue haciéndolo de bar en bar hasta llegar a la zona actual de Jardines del Valle. El chele agarra lo que los conductores tienen voluntad de darle. Si los mismos no andan dinero, no se enoja como algunos otros cuida carros del centro de la ciudad.
Por lo anterior, tampoco cabe duda que algunos ciudadanos que se dedican a esta labor, han encontrado la manera de imponer sus términos de «ciudadores de carros».
Gustavo Fajardo, un promotor cultural de la ciudad, relata que afuera del Museo de Antropología e Historia un cuidador lo amenazó por solo darle cinco lempiras de propina.
«¿Creés que una batería te va a costar 5 pesos? Dame 20 que es lo que yo cobro por cuidar carros», asegura Fajardo que el cuidador le dijo. El sampedrano dice que el tema le preocupa puesto que visita el museo cada vez que hay algún evento. «Yo lo sentí como una amenaza, como si debía pagarle una cuota para que no me robaran la batería».
Testimonios como los anteriores abundan entre los sampedranos. Los mismos día a día pagan por estacionarse en los edificios, en algunos centros comerciales y prácticamente en todas las calles de la ciudad.
Plan de Arbitrios
Las autoridades municipales también hacen lo propio con las temidas grúas. Lo cual parece indicar que el caos y la inseguridad en San Pedro Sula se ha convertido en un negocio para todos.
En el plan de Arbitrios de la Municipalidad de San Pedro Sula están contempladas las regulaciones y multas en el uso de los parqueos.
En el artículo 138, del título V capítulo uno «Servicios de estacionamiento regulado», el plan de Arbitrios señala:
«Por estacionarse en zona no autorizada ni regulada, el infractor pagará UN mIl Quinientos Lempiras (L. 1500.00) en concepto de multa, adicionalmente deberá cancelar Quinientos Lempiras (L. 500.00) en concepto de servicio de grúa para retirar el vehículo del lugar prohibido, lo que suma un total de Dos Mil Lempiras (L. 2,000.00) debiendo ser ingresados al Tesoro Municipal.
Interpretación de los conductores de grúas
Básicamente lo que el artículo 138 quiere decir, es que los conductores de grúa pueden llevarle el carro a cualquier ciudadano que esté estacionado en una zona no señalada. Las mismas, no se sabe si intencionalmente o no, abundan en San Pedro Sula.
Santiago García, quien labora en una empresa ubicada en la primera calle de San Pedro Sula, denunció a Diario Tiempo que su carro fue levantado por la grúa sin que él estuviera parqueado en una zona prohibida.
«Me dijeron que donde tenía el carro no estaba señalizado», declaró García.
Corrupción
Santiago García acepta que le pagó a las autoridades sin hacer el debido proceso porque vio que eso era lo que le pedían. «Yo no quería pelear y me urgía volver a tener mi carro porque vivo lejos, así que el dinero no se lo deposité a la alcaldía sino que fue a parar a la bolsa de la persona que estaba en el plantel donde se llevaron mi vehículo», confesó.
