TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un niño de solo siete años resultó con heridas graves luego de que le estalló un mortero en la aldea Las Flores de la capital, ubicada a las orillas de la carretera a Olancho.
El pequeño sufrió el percance ayer, jueves, por la tarde. Él se encontró, entre la basura, el objeto que, aunque se desconoce cómo se encendió, le estalló en la mano. Producto de la explosión, también le resultó afectada el área genital y su muslo.
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Se está recuperando
El menor, que traía puesta una camiseta azul y una mascarilla quirúrgica, fue trasladado tiempo después a la Fundación para el Niño Quemado (FUNDANIQUEM). Allí, la doctora Ligia Zelaya informó que él está estable pero bajo constante monitoreo y sostendrá una operación.
La galena precisó que él recibió una evaluación por parte del equipo de cirugía plástica de la institución y también se le sometió a una limpieza de sus partes lesionadas.
Precaución
Sobre el incidente, Zelaya instó a los padres a estar pendiente de sus hijos pequeños; apuntó que los niños son curiosos por naturaleza.
«Este pequeñito no tiene la culpa. Uno como padre debe inculcarles cuáles son los peligros a los que pueden estar expuestos, especialmente cuando se trata de este tipo de explosivos«, expuso la profesional de la medicina.
Omar Mejía, presidente de la fundación, reveló que solo en enero recibieron unos 30 niños. Calificó el panorama como «espantoso» por tantos niños que han recibido desde varias partes del país.
«El mensaje a todos los hondureños es que estemos pendientes de los niños en los hogares, en donde se registran muchos accidentes con agua hervida u otros líquidos«, expresó el médico.
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