Nunca antes se había disputado un partido en la máxima competición europea en el que hubiera tantos goles.
Los alemanes se dieron un festín a costa de un Legia Varsovia que, pese a todo, estuvo muy acertado a nivel ofensivo, puesto que logró marcar cuatro goles en Dortmund.
Como suele decirse, los ataques se impusieron a las defensas. No puede haber discusión alguna.
MALA NOCHE PARA LOS DEFENSAS
Fue un partido en el que las defensas, literalmente, no existieron.
Bartra no tuvo su día y fue uno de los señalados por su entrenador, siendo sustituido en el minuto 62.
Pero sería muy injusto culpar de los cuatro goles del Legia al catalán, que no hizo ni más ni menos que lo mismo que sus compañeros, bastante flojos atrás ante un equipo que no se ha caracterizado precisamente por ser uno de los clubs potentes en el continente.
El problema para el Legia Varsovia es que, en defensa, fueron mucho peores que el Dortmund.
Hasta el punto de que parecían juveniles compitiendo contra hombre hechos y derechos que no tuvieron ningún tipo de piedad y que, cada vez que se acercaban a la meta defendida por Cierzniak, hacían gol. Hasta ocho lograron.
Reus fue el que menos piedad tuvo, con tres goles, pero tampoco dejaron su oportunidad de brillar Kawaga, con doblete, Sahin, Dembele, Passlack y Ginter.
Lo curioso del partido es que fue el Legia Varsovia quien se adelantó en el marcador. Fue lo más cerca que estuvieron de la felicidad en Alemania.
