San Lorenzo, Valle.- Este día fue sepultado entre llanto y dolor el cuerpo de Oscar Armando Gutiérrez García, policía asesinado en el cumplimiento de su deber la semana anterior. Mientras defendía a los pasajeros de un autobús cuando eran saltados, lamentablemente los delincuentes le dieron muerte.
En ese sentido, este día sus cuatro hijos lloraban desconsoladamente sobre el ataúd que contenían los restos mortales de su padre. Además, amigos y compañeros, entre muestras de pesar y consuelo se preparaban para dar cristiana sepultura al policía asesinado.
La sepultura del policía asesinado se llevó a cabo este lunes en el Cementerio General de la cuidad San Lorenzo, Valle.
Entre la tristeza que provoca este tipo de acontecimientos en la familia policial, autoridades de la Policía Nacional representadas por el Subcomisionado de Policía Leonel Sauceda, dieron inicios a los actos de honras fúnebres para despedir a un hombre humilde, noble y servicial. Estos eran los comentarios entre el susurro de los pobladores del lugar presentes en el acto fúnebre.
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Padre y abuelo
Llego el momento de darle cristiana sepultura, el reloj marcaba la 11: 00 a.m., de repente una voz de inocencia expresó entre lágrimas:
“Esos hombres malos mataron a mi abuelito…mi abuelo no vuelve”. Estas eran las palabras desgarradoras de uno de los nietecitos de don Armando de apenas tres años de edad.
Los sonoros golpes de la tierra que caían sobre el ataúd, anunció a todos los presentes que don Armando Gutiérrez nunca más vestiría la camisa azul celeste y sus botas de policía que por 28 años lució con tanto orgullo y don de servicio policial.
Esto anterior, al morir producto de dos heridas de bala disparadas por un sujeto insensible. Durante un asalto el día sábado en un bus interurbano en la comunidad de Coraicito, zona sur del país.
Su esposa reflejaba la pérdida irreparable de un gran hombre de hogar, buen padre y esposo. Además, dedicado a su trabajo de servicio anegado y responsable.
“El solo esperaba su retiro por su tiempo de servicio…pero ellos le quitaron la ilusión que tenía de dedicarnos su tiempo en familia…Dios hará justicia”, expresó con ánimo quebrantado.
