Cuando uno piensa en un oso polar, es muy probable que uno se imagine su ferocidad. Sobre todo si recordamos la increíble escena entre Leonardo Dicaprio y un animal de este tipo en la película «The Revenant».
Sin embargo, la naturaleza nos enseña que esto no siempre es así. El mejor ejemplo es la escena de un perro de trineo que recibe la «visita» de un oso polar que lo coloca en una situación aparentemente sin salida.
Charlie Ladoon, jefe del santuario y dueño del cachorro, confirmó que el oso polar no había sido alimentado ese día. Un suceso que habría provocado que el oso blanco atacara al perro mientras éste se encontraba esposado.
«Fue el único día que no alimentamos a los malditos osos, la única noche donde no le dimos nada», exclamó Ladoon a Daily Mail.
Historia
Funcionarios del santuario señalaron que tres osos polares fueron removidos del sitio tras el lamentable hecho. Mientras que una madre oso polar con su pequeño serán removidos a otra zona del lugar.
Pero contrario a lo que uno pudiera pensar, el oso en lugar de atacar al perro. Lo acaricia delicadamente con su pata como si fuera su mascota.
Sin embargo, el perro en ningún momento se siente amenazado e incluso juguetea un poco con el oso.
Una muestra más de que la convivencia entre animales de diferentes razas es posible.
