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viernes, marzo 29, 2024

Hondureño le robó el corazón a la Dra. Polo de “Caso cerrado”

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Tegucigalpa. Javier Castro es un hondureño que se fue buscando el “Sueño Americano” a los Estados Unidos desde que era un joven adolescente, y con sus determinaciones y la visión puesta en sus metas y anhelos, ha logrado sobresalir y poner en alto el nombre de Honduras en la nación del norte.

Desde las calles de tierra de la colonia Travesía en Tegucigalpa, hasta los programas de televisión de cadenas internacionales como Telemundo, Javier Castro es un ejemplo a seguir para miles de hondureños que piensan que no llegarán donde se lo han propuesto.

Hasta el privilegio de conocer a personajes como la famosa abogada Ana María Polo, del programa de televisión “Caso Cerrado”, Javier Castro ha tenido la oportunidad de ser un hondureño que representa a su país en lo más alto.

Entablando hasta una amistad con la famosa abogada Polo, Javier ha logrado alcanzar muchos de sus sueños en la vida.

Pero con el deseo de regresar al país que lo vio nacer, este hondureño no se ha acomodado en la poderosa nación del norte. Su anhelo es volver a la tierra de sus “amores”, y formar una familia con una hondureña.

Esto y más, nos compartió Javier Castro en una entrevista exclusiva desde los Estados Unidos. Una historia que inspira a cualquiera, y nos motiva a buscar nuestros sueños, aún y cuando se vean imposibles para lograrlos.

¿De dónde es originario Javier Castro?

Soy originario de Tegucigalpa, capital de Honduras.

¿Quiénes son sus padres?

Fui criado por mis abuelos maternos, a quienes toda la vida he visto como mis padres. Don Isidro Armando Castro y doña Aura Emelina Almendarez.

¿Cómo fue su infancia?

Una infancia muy tranquila, ya que crecí en un hogar cristiano, donde había mucho cariño, mucho amor, y muchos valores. Siempre rodeado del cariño de mis padres y de mis primas, que fueron como mis hermanas.

Crecí en el barrio la Travesía de Tegucigalpa, un barrio muy humilde pero lleno de gente muy trabajadora, y dónde viví las mejores experiencias de mi niñez y juventud, además de mis primeros amores.

Yo soy de la generación de jugar trompo, de jugar libre y capeador. Cuando los autobúses eran pequeños y la gente se subía hasta en el techo.

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Crecí con muchas limitaciones económicas, pero viendo el buen ejemplo de mis padres, un sastre, y mi madre trabajando duro, haciendo sus deliciosos dulces de leche, para ir a vender a las pulperías del centro de Tegucigalpa.

¿Qué estudió y a dónde?

Estudié en escuela evangélica, Francisco Pensotti, de Tegucigalpa, gracias a una beca y el esfuerzo de mis padres.

Luego entré a estudiar a la Universidad Autónoma de Honduras (UNAH), donde saqué Derecho, con orientación de Derecho Mercantil.

¿Por qué se fue de Honduras?

Pues en Honduras se me hacía muy difícil encontrar oportunidades, me cansé de andar tocando la puerta de muchos canales de televisión, donde no había oportunidad para mí, no tenía muchos contactos.

En algún punto de mi vida decidí comenzar a trabajar en política, buscar oportunidades para lograr algún cambio positivo, pero entre más me involucré en la política, era más difícil en el área moral poder tomar la decisión de hacer lo correcto cuando se está rodeado de  personas que buscan todo lo contrario.

Pero el punto culminante fue cuando comencé a ver la cantidad de narcotraficantes que estaban involucrados en la política. Me di cuenta de que ese no era el lugar donde yo quería desarrollar mi vida profesional.

Nunca olvidaré el día que me tocó visitar departamento de Copán, ya que para entrar a un pueblo, tuve que ser escoltado por cerca de 10 hombres armados, con ametralladoras y pistolas. De lo contrario no había opción de entrar.

Fue entonces cuando supe que debía buscar otras oportunidades para darle tranquilidad a mi familia, y que no vivieran preocupados por mi trabajo en la política.

Javier Castro
Javier Castroa ha compartido a lo largo de su carrera con figuras de la talla de Eugenio Derbez.

¿Cuál fue su primer trabajo en EE.UU, cómo le fue, y cuánto le pagaban ahí?

Pues para mí no fue fácil llegar a Estados Unidos, fue muy difícil mi primer trabajo.

Cuando ya decidí enfocarme en el área de la comunicación, fue en una estación de radio, donde solamente me pagaban $25 a la semana, en un programa matutino. Tenía que estar a las 5:30 de la mañana listo, con todas las notas para salir al aire, pero yo sabía muy bien dónde quería llegar y seguí insistiendo, tocando puertas y viendo la manera de poder tener un estatus legal para poder trabajar en este país.

Cuando lo logré finalmente, un día decidí ir y tocar la puerta de Telemundo, me paré frente a la recepción, les dije que yo era un hondureño talentoso, que quería una oportunidad para trabajar.

Por dicha, el gerente del Canal me recibió y me dio una oportunidad para hacer una prueba, compitiendo contra varios paraser la imagen de los comerciales de Burger King. Así fue mi primera oportunidad, haciendo comerciales para la compañía.

Y luego de algún tiempo muy difícil, buscando, tocando puertas, se abrió otra posición.

Hace tiempo conocí a Ana María Polo, de “Caso cerrado”, y me fui para la Florida, buscando una oportunidad que ella me ofreció para trabajar en esa ciudad. Pero el destino me tenía preparada una posición dentro de Telemundo Denver, como presentador del tiempo.

Fue así que regresé para tomar mi primer puesto con la compañía NBC Universal. Luego de estar al aire, comencé a ser presentador para Las Vegas, para Phoenix, para Tucson, para San Francisco, para San José California, para Fresno.

El pago en televisión puede ser muy bueno, dependiendo de tu talento, o muy malo, dependiendo de la ciudad donde te toque trabajar.

Es una fantasía, para muchos la televisión creen que se hace millonario al estar frente a la cámara. Pero no es así, hay ciudades donde un presentador de televisión gana menos que cualquier empleado de la construcción. Gracias a Dios, en mi caso era un salario respetable, por la cantidad de ciudades que yo cubría.

¿Por qué ha incursionado en los medios de comunicación tanto en Honduras como en EE.UU?

Pues me di cuenta que tenía la facilidad de expresión, y la facilidad de transmitir mis pensamientos. Aparte de eso, tengo un gran acercamiento con la gente en las redes sociales.

Mucha gente me sigue, y compartimos vivencias. Además siempre estoy activo para ayudar a la comunidad acá en Estados Unidos.

Honestamente Honduras se me hace más difícil porque parece que mi estilo no es del gusto de muchos de mis compatriotas.

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Me da mucha tristeza, porque veo que para ser popular en las redes sociales, es necesario utilizar malas palabras, vulgaridades, o cualquier tipo de chabacanada.

Definitivamente los profesionales hondureños que estamos en otros países, y mantenemos otro tipo de perfil o de actividad, más orientada a la educación en la cultura, no tenemos el mismo apoyo de nuestros compatriotas, triste pero es la realidad.

¿Cómo fue su entrada y experiencia en Telemundo?

Mi entrada en el canal fue muy difícil, no tenía un amigo que me recomendara. Así que me tocó mucho sacrificio para esperar el tiempo y la oportunidad correcta.

Fue una experiencia muy buena en mi vida, me sirvió para crecer como profesional, y para darme cuenta de mis capacidades.

La parte triste para mí fue la gran cantidad de hondureños que quise ayudar para que entraran a trabajar con la compañía, por lo irresponsables que eran, me dejaban con las citas hechas.

No se presentaban a las reuniones con los gerentes, o simplemente no mostraban ningún interés. La otra parte triste, es que la mayoría de los compatriotas que entran a trabajar en televisión, se creen demasiado. Aún con nosotros mismos, los que estamos dentro de la compañía son muy pocos que tienen la humildad para entablar una relación de amistad duradera.

Javier Castro
Javier Castro mantuvo una muy buena relación de amistad con la abogada Polo.

¿Dónde reside ahora Javier Castro?

Ahora resido en la ciudad de los Ángeles, California. Después de descubrir cómo era el mundo de la televisión, y darme cuenta que no era lo que yo soñaba ni esperaba, luego de enfermarme mucho, producto del estrés y la carga de trabajo de las grandes compañías, decidí que era el momento para iniciar mi propio negocio de Marketing y Comunicaciones.

¿De qué trabaja en la actualidad?

Hace dos años inicié mi negocio llamado “Castro Stein marketing”; en este momento trabajo con una firma de abogados en el Downtown, de Los Ángeles, desarrollando la compañía y expandiendo la firma desde Los Ángeles, hacia otros Estados, y ya estamos abriendo nuestra  tercera oficina.

¿Se siente realizado hasta donde ha llegado?

Me siento agradecido con Dios, porque salir de un barrio de Tegucigalpa, sin hablar inglés, sin tener alguien que me apoyara aquí, sin tener dinero, y sin tener documentos y haber logrado sobresalir en una compañía, considerar al número uno a nivel mundial en televisión, me hace sentir muy orgulloso.

Sin embargo ahora trabajando, ayudando a los inmigrantes en sus problemas, me hace sentir una gran satisfacción también. Pero, sé que ni siquiera he llegado a la mitad de mis sueños, y lo que anhelo por lograr.

¿Qué le falta alcanzar a Javier Castro?

Pues yo soy un enamorado de Honduras, yo sueño con regresar a mi país, y algún momento culminar otras metas.

Allá me gustaría volver a integrarme a la política, no apoyo partidos, apoyo candidatos que tienen la visión correcta. Yo creo firmemente que los que estamos fuera de Honduras extrañamos con todo el corazón volver algún día, y hacer algo productivo por nuestro amado país Honduras.

Muchos profesionales soñamos regresar y trabajar por su bienestar

¿Experiencias (alegres o tristes) que recuerde de Honduras que sean inolvidables?

Todo para mí es inolvidable de Honduras, desde mi niñez, jugando en el patio de mi casa mientras caía la lluvia, haciendo represas de lodo, sentado a la orilla de la cera con mis amigos en el barrio La Travesía, caminar por el centro de Tegucigalpa de la mano de mi mamá y una canasta llena de dulce de leche para vender en las pulperías del barrio, los dolores luego comerme una porción de pollo, allá cerca de la Auxiliadora. Cómo olvidar mis amores, esas mujeres hondureñas que para mí no tienen comparación.

Mis años en la universidad comiendo los tacos de Don Tito. Las tormentas sobre Tegucigalpa, sentir el olor a tierra húmeda, el sol escondiéndose detrás del berrinche, me podría pasar todo el día recordando las cosas hermosas de mi país.

Las experiencias tristes tengo que decir que han sido cuando me ha tocado ir a la morgue a sacar el cuerpo de un familiar que ha muerto. Ese sentimiento de frialdad en tus brazos de alguien que se fue antes de tiempo es algo que jamás se olvida.

¿Experiencias (alegres o tristes) en los Estados Unidos?

En Estados Unidos las experiencias alegres tienen que ver con la realización, cuando tienes tus documentos, cuando logras un trabajo que todo mundo te admira, y que para muchos es casi imposible de lograr.

Cuando obtienes reconocimientos y premios, todas esas cosas te llenan de satisfacción y quisieras compartirlas con todo tu pueblo, con toda tu gente.

La parte triste de Estados Unidos es la soledad. Un mundo donde te puedes morir y la gente no se dan cuenta hasta que las moscas se paran en el marco de tu puerta.

Una sociedad muy insensible y dividida, con mucho racismo, donde la gente te desprecia por el color de tu piel, o te señalan.

Pero sin lugar a dudas, lo más triste son los domingos por la tarde, cuando tomas el teléfono y llamas a Honduras, y te das cuenta que todos tus amigos y tu familia están felices, y tú estás lejos, conquistando sueños.

El calor de la familia nunca se deja de extrañar. Y es que no te das cuenta que el sueño americano es un sueño que se vive llorando y se disfruta en soledad.

Javier Castro
Javier Castro ha trabajado como presentador del Tiempo en Telemundo.

¿Cuál es su opinión de la política hondureña?

Me retiré de la política al ver la gran cantidad de narcotraficantes que se habían involucrado por ambos lados.

Creo que lo que le falta al hondureño es ser más justo y ecuánime, a la hora de señalar unos y otros. Ambos partidos tradicionales han estado ligados a todo tipo de negocios ilícitos, y los partidos emergentes no se quedan atrás.

A los hondureños nos hace falta la honestidad con nosotros mismos. De poder darnos cuenta de que son muy pocas las personas que realmente se mantienen aislada de estas circunstancias y que podrían ser candidatos aptos para la presidencia de la república

¿Hay buenos aspirantes a la presidencia en Honduras?

Creo que existen buenos candidatos. El problema es que al hondureño no le gustan los buenos candidatos.

Tenemos una fijación por ir detrás de aquellos que más presumen, ya sea dinero, poder, posición, y por ende, nos hemos autoflagelado por décadas. Poniendo en el poder a personas a quienes no le interesa el pueblo, y al final de cuentas, quienes mandan son los grupos llámense como usted quiera llamarlos, de poder, de influencia, de dinero.

¿Qué mensaje les manda a los hondureños que buscan el Sueño Americano?

El mensaje que les puedo dar a los hondureños que sueñan con venir a este país, en primer lugar obviamente es decirles con honestidad de que es muy difícil. Especialmente si no cuentan con un estatus legal para poder trabajar y moverse libremente.

Hay muchas limitaciones y muchos obstáculos, muchos peligros. Me toca casi cada semana ir a visitar personas que tienen problemas de inmigración.

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A veces entrar a oficinas de detención con abogados, y ver el drama de muchos que tienen que ser deportados. Las circunstancias actuales políticas de este país, hace mucho más peligroso el poder ingresar y mantenerse viviendo sin documentos.

Yo le quiero decir a los hondureños que hay que seguir luchando por Honduras. Sé que es difícil porque yo mismo tuve que salir, pero no es imposible, por eso mi sueño es regresar.

¿Se puede vivir bien en Honduras?

En Honduras se puede vivir bien, y hasta mejor de lo que viven muchos en Estados Unidos. Se los digo con pleno conocimiento de causa, me toca ver personas que aquí que viven peor que en Honduras. No lo dicen por el orgullo; y no regresan a nuestro país porque no tienen ni siquiera para iniciar una nueva vida allá.

Así que si tú tienes algo de que vivir, y la fuerza y determinación para salir adelante, bien puedes lograrlo en nuestro país.

Javier Castro
Javier Castro y la doctora Polo.

¿Tiene pareja Javier Castro?

Javier Castro
Javier Castro obtuvo el premio a Mejor presentador del tiempo; premio de la Asociación de Comunicadores de Colorado.

Aquí vivo solo desde que llegué, y espero continuar de esta manera. Mi sueño es que regresaré a buscar mi esposa en Honduras.

Juego de palabras:

Honduras: mi tierra.

Estados Unidos: oportunidades.

Lo que más ama: Dios.

El sueño americano: sacrificio.

Sus padres: mi vida.

Dios: mi todo.

Las baleadas: con aguacate y chorizo.

Lugar favorito: Roatán.

Que le apasiona: la política.

Juan Orlando Hernández: el presidente.

Salvador Nasralla: X-O buen hondureño.

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