Tegucigalpa. A criterio del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), Roberto Herrera Cáceres, las crecientes incidencias de incendios forestales en Honduras, afectan severamente los derechos humanos de los habitantes.
En ese sentido, explicó que los incendios afectan el derecho a la salud, al agua, a la propiedad; asimismo, a un ambiente sano, al desarrollo sostenible y, en general, a una vida digna. Sin contar que ocasionan incalculables pérdidas en la economía nacional.
Seguidamente, lamentó que personas irresponsables han provocado alrededor de un 60 por ciento de los incendios; sin haber sido aun debidamente enjuiciadas y sancionadas.
Asimismo, han ocasionado las incontroladas labores de pastoreo quemas agrícolas y otras; que cada año afectan miles de hectáreas de bosque a nivel nacional.
Se estima que los incendios forestales afectan anualmente más de 62,000 hectáreas de bosque. Además, se pierde por año entre 34,000 y 58,000 hectáreas por deforestación producto de la tala ilegal y otras prácticas inadecuadas de manejo del bosque.
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Herrera Cáceres, pidió al Ministerio Público y los Tribunales de justicia a ejercer sus respectivas competencias; eso para investigar prontamente, juzgar imparcialmente y sancionar severamente con todo el peso de la Ley y de manera ejemplar a las personas responsables de los incendios.
Agregó que los incendiarios del bosque han afectado derechos humanos de los habitantes y en particular, puesto en riesgo vidas humanas, bienes materiales y los servicios ambientales que proveen los ecosistemas a la población.
El desabastecimiento de agua, como raíz de la quema de bosques
En relación a la crisis de agua que se vive en todo el país, el titular del CONADEH señaló:
«Los incendios forestales, la sobreexplotación, la tala ilegal y otras amenazas ambientales, como el gorgojo descortezador han degradado crecientemente las cuencas hidrográficas; lo que ha producido un desabastecimiento de agua, sin precedentes en el país.»
Advirtió que todos estos problemas están causando deforestación, sequía, erosión del suelo, afectando las cuencas o microcuencas; además de la consiguiente captación del agua para uso doméstico de los pobladores, contaminando más el aire y agravando o causando enfermedades.
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Vaticinó que de seguir con estas acciones se continuarán acumulando factores que agravan problemas nacionales de pobreza, deterioro de recursos; además, agregándolos a los de violencia y delincuencia, corrupción e impunidad.
Se estima que hasta el 2016, unas 900.000 hectáreas de bosque de pino en sus tres fases de la plaga fueron afectadas por el gorgojo descortezador.
