TEGUCIGALPA. Aureliano Molina, dirigente indígena y expareja sentimental de Berta Cáceres confesó este martes en el foro La Entrevista de Canal 11 que guardó silencio porque estaba bajo investigación como sospechoso y por cuestiones legales no podía referirse en virtud que podía ser usado en su contra.
Relató que “ha sido terrible la persecución ya que nos han tratado como criminales y es ahora evidente que ahora el mismo Estado muestra otra situación y donde contundentemente el Ministerio Publico (MP) establece que mediante la prueba científica llegan a los responsables y nosotros nos sometimos a dicha investigación y demostramos que no teníamos ningún vinculo”.
Al ser consultado si pretendió huir del país, el dirigente lenca respondió que “hubo mucha presión para que me fuera del país, pero el que nada debe nada teme por lo que no tenía que salir huyendo mientras no se resuelva el asesinato de Berta”.
En cuanto a la acción del Gobierno de apresar a los cuatro presuntos asesinos de Berta Cáceres la calificó como “el comienzo del proceso de justicia porque debe de ser un proceso prolongado, profundo, enérgico y contundente, porque no solo es de agarrar a los culpables”.
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En ese sentido consideró que “yo creo que ahora la presión será en profundizar la investigación, aparte de que ahora la sociedad hondureña y la comunidad internacional se están haciendo preguntas una de ellas es ¿Por qué hay involucramiento directo del ejercito?, en el asesinato de Berta Cáceres ¿Quiénes están detrás de esto?, o ¿Quiénes financiaron el asesinato de Bertita?”,
“Hay una sed de respuestas y deben de darse y sobretodo investigarse, y esperamos que debe arrechar la presión para que este momento importante lo acompañe y determine también que debe de haber otros observadores como el caso de la Comisión Independiente para que asuma la responsabilidad de este caso”, añadió.
“Queremos proteger la lucha de Berta por los recursos y los bienes comunes es nuestra responsabilidad conservar y cuidar esa lucha y seguir apostándole a esa propuesta”, agregó.
“Por qué matan a Bertha, quién se está beneficiando con su muerte, el COPINH, estaba claro que detener el proyecto, porque era la primera concesión que daría pie a 49 proyectos más concesionados en las comunidades”, recalcó.
Por otra parte, relató “que en el caso de Rio Blanco es donde se estableció una lucha profunda a partir del 2013 contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca con una dinámica de trabajo muy fuerte y así comienza la persecución”.
Detalló que “parte de ese tiempo que estuve al lado de Bertita me toco andar huyendo y algunas de las responsabilidades que asumí era protegerla porque fuimos amenazados por la empresa y después se nos enjuicio y se dio orden de captura sobre el caso al punto que se criminalizo”.
“Estuvimos en muchas luchas en distintos espacios, desde el golpe de estado, la lucha por la tierra y en toda la dinámica del movimiento social del país, así como en acontecimientos más importantes fuera del país tales como la lucha que se desarrolló en contra de la militarización y la lucha y saqueo de los recursos naturales”, manifestó.
El dirigente indígena señaló que “el problema es que después del Golpe de Estado el país entregó una dinámica de entrega total de los recursos naturales por eso se pone más fuerte la resistencia en las comunidades porque todos los poderes llegan directo al territorio, así como ahora es una clara evidencia el caso del Rio Blanco que estaban organismos internacionales con mucho poder económico como por ejemplo el Banco Mundial que el COPINH para el préstamo a la empresa”.
Molina, advirtió que ante estas situaciones que van en contra del COPINH hay miles de compañeros dispuestos a morir por los ideales de la ambientalista hondureña.
Relató, que el COPINH surgió en 1993 de la mano de dirigentes encabezados por Salvador Zúniga y Berta Cáceres y él se incorporó en 1995 cuando el movimiento llegó a su pueblo, San Francisco, Lempira.
Aclaró que no se considera líder sino parte de un equipo con mucha incidencia durante el golpe de Estado en el 2009 contra el ex presidente Manuel Zelaya.
