Homilía: «Pasa un Gobierno tras otro y es la misma historia de corrupción»

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Homilía en Honduras
El cardenal explicó que, ante Dios, todos somos iguales. Además, mencionó que nuestros pensamientos deben cambiar, en búsqueda de estar unificados con los del creador.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Mediante la reflexión de un pasaje bíblico expuesto en el libro de Mateo, la mañana de este domingo se desarrolló una nueva edición de la homilía católica desde la Basílica de Suyapa en Tegucigalpa.

Como es habitual, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez ofició el encuentro; brindó sus consideraciones sobre lo plasmado en Mateo, capítulo 20 y versículos 1-16. Allí, Jesús relata una parábola de un terrateniente que contrata trabajadores para su viña.

El análisis del arzobispo de la capital indicó que ese fragmento de las sagradas escrituras refleja que, ante los ojos divinos, la humanidad no tiene distinción alguna. No hay espacio para la envidia, pues toda persona puede acceder a las bondades del creador.

«No tiene sentido mirar con malos ojos el amor y la generosidad de Dios sobre todos. Ante él, nadie es más que nadie. Dios no se dedica a tomar nota de nuestros pecados o méritos, simplemente nos, ama, acepta y nos llama. Nadie está excluido de su amor», describió.

En ese sentido, acotó que la murmuración destruye al prójimo. Por tanto, el cristianismo debe enfocar su mirada en los pensamientos del omnipotente y no en la consideración de las personas.

Consiguiente, hizo un llamado para que cada quien busque a Dios en su vida. Explicó que, quienes ya cuentan con el privilegio de servirle deben ser agradecidos, pero, a su vez, rogar por quienes aún no están en ese camino.

«Cristo está dispuesto a recibir en la mañana para que puedan servir y amar», comentó el líder eclesiástico. Incluso, apuntó que no tendría lógica tener envidia porque Dios es bueno y tiene sus brazos abiertos para todos.

Preparados para el siguiente paso

Por el mismo lado, el cardenal recordó lo que está escrito en Filipenses 1:21. Allí, el apóstol Pablo dijo: «Para mí la vida es cristo y la muerte una ganancia».

Rodríguez tomó su entendimiento de lo anterior y afirmó que todos los creyentes deben estar preparados para cuando Dios decida que se acabó su vida actual.

Reprochó que algunas personas dicen: «¡Ay no, toco madera! Qué eso (la muerte) no me vaya a tocar a mí». Ante ello, declaró que todo lo material se queda allí cuando toca el momento de adentrarse en un ataúd.

Mensaje a políticos

Recién se hizo el llamado a comicios primarios por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). Por lo que, Rodríguez dejó un mensaje para quienes están involucrados en ese proceso de escogencia.

Expuso que están «agitándose» por las elecciones, «como si esa es la meta de vida». Es más, les invitó a que analicen si sus pensamientos están enfocados en hacer el bien, o están mintiendo, engañando o haciendo maniobras bajo la mesa.

Planteó que hay dos escenarios: el de aquella persona que tiene vocación y busca el bien común y el de quien busca que se repita la historia. ¿Cuáles antecedentes? El cardenal lo detalló.

«Buscan repetir esta historia, la historia de la cual nos debería dar vergüenza. Pasa un gobierno tras otro y es la misma historia de corrupción«, aseveró.

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Cambio de mentalidad

Además, apuntó que la vida es efímera, aunque parezca lo contrario. En virtud de ello, exhortó a que todos podamos, en el fondo de nuestro corazón, decir que la vida es Jesucristo.

Por último, manifestó que Honduras cambiaría por completo si sus ciudadanos nos sintiéramos protagonistas de una «pastoral samaritana«. ¿A qué se refiere?

«Una pastoral de no quedarnos encerrados en nuestros propios criterios, sino de ayudar al que tiene más necesidad que nosotros, aunque sea con un pequeño gesto de amistad, cariño y bondad. Así, estaremos cambiando este mundo», concluyó.


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