COMAYAGUA, HONDURAS. Bajó de una patrulla y, de la mano de un agente policial, caminó con dificultad mientras un viejo bastón le permitía tener leves sensaciones de un terreno que desconocía.
Minutos atrás, Juan había sido interceptado por la fuerza de seguridad. Lo encontraron en compañía de su hijo de 10 años; el pequeño le servía como guía, ya que él quedó ciego a consecuencia de la diabetes.
Y es que, aparte de su inocente acompañante, nadie sabía de su paradero. Aunque, de forma irónica, muchos estaban a la expectativa de encontrarle; especialmente lo buscaba la familia de su compañera de hogar, Elsa Galeas Cruz.
La madrugada de este viernes, un crimen despertó a la comunidad de Los Pintores en Lamaní. Próximo a las 2:00 a.m. conocían que la mujer acabó muerta a balazos; horas después, su esposo, que había desaparecido, tenía una confesión que hacer en la estación policial.
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Celos
Con esposas en sus manos, don Juan se acercó a las puertas de la Unidad Departamental de Policía (UDEP) de Comayagua. Allí, reveló a un periodista del canal de televisión HCH su versión de lo que ocurrió en la madrugada.
«Ella me quiso agredir«, expresó inicialmente. Seguido, ante la interrogante de si él le disparó, con la voz quebrada, asintió. «Sí, la verdad», se limitó a decir, antes de relatar el suceso.
Juan contó que él había salido a caminar unas tres cuadras porque, debido a su condición de salud, un médico le recetó que hiciera esa actividad durante unos 10 minutos. Acotó que él siempre le decía a Elsa que lo acompañara, pero ella se rehusaba.
«Cuando regresé, ella estaba brava (enojada)», comentó. Además, aseguró que, en esos momentos, su hija de 12 años le comentó que su madre estaba conversando con otro hombre, uno que vive en Estados Unidos.
«Yo antes de convivir con ella le pedí que me respetara. Ella ha estado mensajeando y mensajeando», declaró, agregando que también que él le decía, como «consejo» que tuviera cuidado con sus acciones.
En tal sentido, Juan dejó entrever que esa situación provocó la discusión. Él señaló que, después, su cónyuge tomó un arma de fuego y, supuestamente, estaba a punto de dispararle directamente al pecho, por lo que actuó en defensa propia.
La mamá de la víctima pidió justicia y calificó a Juan como alguien «malo». Asimismo, indicó que fue precisamente la niña de 12 años quien les alertó de lo que había sucedido, cuando gritó «¡papi mató a mami!«.
Más personas en el lugar lamentaron lo ocurrido y expresaron que Elsa y Juan solían tener discusiones, pero no al punto de pensar en que se registraría una tragedia.
Entre tanto, la fuerza de seguridad investiga el caso y ya tiene el arma homicida. El discapacitado visual permanecerá en sujeción a las autoridades mientras aguarda el proceso judicial en su contra.
Allegados manifestaron que Elsa trabajaba haciendo queso y vendiendo pan, lo que le generaba ingresos para mantener a su cónyuge. Sin embargo, él terminó matándola por un supuesto cuadro de celos.
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