Cuando el corazón de una persona generosa es tocado, su ejemplo nos llena de orgullo y nos hace creer que aún existen personas que nos pueden ablandar con sus actos de caridad.
De acuerdo con una publicación del usuario Jhon Monsalve en Facebook, resaltó la generosidad de una trabajadora de veterinaria de nombre Dayanira Estrada que compartió este viernes.
“Ayer fui a la veterinaria La Semilla de la zona 9 y fui testigo de un acto de amor y una obra maravillosa a un ser inocente. Un niño de unos seis años andaba vendiendo chicles y entró a ofrecer su producto, mi sorpresa fue que una señorita que trabaja ahí salió con un guacal con agua y jabón en mano, nunca imaginé lo que verían mis ojos”, explica el internauta.
“Ella se inclinó al niño, le quitó los zapatitos viejos y le lavó sus piecitos sucios de tanto caminar. Me recordé cuando Jesús hizo lo mismo con sus discípulos. En verdad fue una gran obra la que hizo esta señorita y eso no fue todo porque le regaló zapatitos nuevos y se los puso de una vez”, agrega Monsalve.
Según el conmovido cliente de esa tienda, el niño salió feliz del lugar y las personas que observaron el hecho quedaron conmovidas y orgullosas por el acto de amor.
La generosa joven también hace voluntariado en la Cruz Roja, visita la zona 1 para compartir con los niños lustradores de la Plaza de la Constitución y de vez en cuando invita a comer a algunos pequeños que encuentra en Antigua Guatemala, los sábados cuando asiste a la Universidad donde estudia Psicología Industrial.
“ No gano mucho, pero incluyo a los niños dentro de mi presupuesto. A veces con una caricia, una sonrisa o un tiempo de calidad es suficiente para ellos”
