Estado Islámico, acorralado en Oriente, se desplaza a Occidente

Según el Pentágono, el dominio territorial de los yihadistas en Cercano Oriente se redujo drásticamente - un 45 por ciento en Irak y un 20 por ciento en Siria - pero ahora el EI desplaza su lucha y el terrorismo hacia Occidente.

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 Por Simon Kremer (dpa)

Túnez/Washington, 18 jul (dpa) – Pese a los éxitos obtenidos en la lucha contra la milicia terrorista Estado Islámico (EI), probablemente el ánimo de los participantes de la conferencia antiterrorista que se celebra a partir del miércoles en Washington sea contenido.

Según el Pentágono, el dominio territorial de los yihadistas en Cercano Oriente se redujo drásticamente – un 45 por ciento en Irak y un 20 por ciento en Siria – pero ahora el EI desplaza su lucha y el terrorismo hacia Occidente. Los yihadistas ya ni siquiera necesitan bombas o ametralladoras. Una licencia de conducir es suficiente, como demostró días atrás el ataque en Niza durante la fiesta nacional de los franceses.

Cuando Mohamed Lahouaiej Bouhlel condujo su camión blanco por el Paseo de los Ingleses matando a al menos 84 personas, probablemente los líderes de EI en la lejana zona de guerra no estuvieron informados previamente del hecho. Dos días más tarde, la agencia de noticias Amak y la estación de radio Al Bayan, cercanas al grupo terrorista, divulgaron la noticia de que el tunecino, de 31 años, era «un soldado» del califato. Sin más detalles, el EI reinvindicó el ataque.

Lo que quedó claro es que los yidahistas ampliaron su repertorio terrorista en los últimos años.

«Al Qaeda siempre quiso cometer grandes ataques», escribe el especialista en terrorismo Peter Neumann, del King’s College de Londres. «Ellos querían un segundo 11-S o al menos algo parecido, como los atentados de Londres y Madrid», señala.

Y a diferencia de la red terrorista Al Qaeda, la milicia yidahista Estado Islámico entendió que incluso pequeños ataques generan un gran temor en la población. «Los lobos solitarios eran considerados perdedores que malgastan sus vidas por acciones que no le interesan a nadie», analiza Neumann.

Ya con los videos que muestran las decapitaciones de rehenes occidentales, el EI demostró que no necesita meses de preparación para operaciones de alta complejidad. Los ataques terroristas perpetrados por los lobos solitarios tienen un enorme impacto psicológico en Occidente.

En un discurso de 42 minutos pronunciado en septiembre de 2014, el portavoz de EI, Abu Mohammed al Adnani, instó a seguidores de todo el mundo a realizar ataques. «Si no tienen una bomba o una bala, rompan sus cabezas con una piedra, maten con un cuchillo, atropéllenlos con sus coches o arrónjenlos desde un edificio», dijo Al Adnani en aquel momento.

La propaganda de EI se transmite por todos los canales: en las redes sociales, en Youtube o en grupos secretos de chat. A menudo, el propio autor ni siquiera sabe a qué ojos u oídos llega su visión radical del mundo.

«El ser humano está en una crisis, está disconforme y busca un lugar donde pueda sentirse bien», apunta el director del programa de la Fundación Europea para la Democracia, Ahmed Mansour, quien en el pasado también se movió en círculos islamistas radicales. «Son personas que tienen un inmenso odio a las personas, a los valores y a la sociedad a la nunca han tenido acceso», agrega el psicólogo alemán.

Los diversos grupos terroristas atraen a diferentes tipos de seguidores, asegura Mansour. En el caso del Estado Islámico se trata sobre todo de personas que alguna vez han utilizado la violencia o que estuvieron en conflicto con la ley.

«Mientras que la sociedad no los acepta, grupos con la ideología de Estado Islámico incluso los recompensa por su afinidad con la violencia. También reciben recompensa de su entorno más cercano y, en última instancia, incluso de Dios», añade.

Estado Islámico y los «Lobos» solitarios

La forma de actuar de los atacantes individuales o lobos solitarios, como son denominados por expertos, no es nueva. En el pasado, los palestinos radicales, por ejemplo, tomaban vehículos utilizados en la construcción y embistían a la gente, causando decenas de muertos. También en Jersualén, amas de casa y adolescentes atacaron con cuchillos a soldados israelíes.

Lo nuevo es que estas formas de ataque también ahora se cometen en países occidentales. El espectro de los terroristas activos a nivel mundial se ha vuelto más amplio.

Las autoridades francesas desconocen si Mohamed Lahouaiej Bouhlel tuvo contacto directo con la red terrorista. Pero eso no es necesario, dice el psicólogo y experto en islamismo Mansour: «Un hecho así, de tal agresividad y de odio a la humanidad sólo se puede explicar por una ideología», afirma.

Los atacantes intentaron justificar sus actos de un modo religioso-ideológico. Un estudio realizado por el University College de Londres examinó en 2014 más de 100 actos cometidos por lobos solitarios. De acuerdo con la investigación, muchos de los autores se encontraban bajo un fuerte estrés, habían perdido sus puestos de trabajo, tenían problemas personales o estaban aislados socialmente. Pero el estudio también mostró que los lobos solitarios no estaban a menudo tan solos.

Los yihadistas adaptan su estrategia de terror al entorno: en Irak con grandes coches bomba contra chiitas para matar a los «renegados». La milicia terrorista tiene allí el personal y la logística local y además, un aparato de seguridad caótico que les hace las cosas más fácil.

En Egipto fue posible pasar de contrabando una bomba a bordo de un avión ruso oculta en una lata de refresco. EL EI asumió más tarde el ataque al avión con 224 personas a bordo sobre la península del Sinaí.

En Occidente hay una mezcla de operaciones complejas que presuntamente fueron instruidas por los líderes de la milicia terrorista, como los ataques coordinados en París en noviembre del año pasado y las acciones individuales en Orlando. Estos hechos se ajustan a la estrategia de propaganda de los yidahistas y, por lo tanto, se reclama como un acto realizado por la milicia terrorista.

Se trata de una guerra asimétrica, que puede atacar en cualquier lugar. Cuanto más presión tenga el califato ubicado geográficamente en Cercano Oriente, con más fuerza el EI desplaza su escenario de guerra hacia Occidente. Al igual que su rival Al Qaeda, el Estado Islámico se está desarrollando cada vez más en una red global.