Español cegado por el amor de una hondureña vive una odisea

Jaime trabaja diariamente en las calles para recibir algo de dinero que le sirva para subsistir junto a su querida niña.

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La historia de Jaime fue publicada recientemente por el noticiero Primer Impacto de la cadena televisiva Univisión.

Segado por el amor de una hondureña, un hombre de origen español hizo el largo viaje hasta tierras catrachas, sin embargo, su historia junto a la bella dama se convirtió en un sufrimiento al lado de su pequeña hija.

“Fui a una discoteca y ahí la vi. Quedé impresionado… poco después me casé con ella y tuvimos a Rubí”, recuerda Jaime Costa Paredes, sentado en las afueras de su humilde choza.

Yo cuando me casé con la mamá de Rubí, yo tenía una empresa, de la cual yo tenía dinero. Vivíamos bien, no teníamos problemas económicos, pero a raíz de la crisis económica que sufrió España, me vi con la posibilidad de vivir en Honduras”, dijo el español.

“Le reclamé las propiedades; ahí me di cuenta que las propiedades estaban a nombre de otras personas también. Ellos lo pusieron para evitar que yo le reclamara”, lamentó Jaime.

“Lo más feo que pasé fue cuando la abuela nos echó a la calle, ahí sin dinero, sin nada de comer y sin casa y sin nada, me vi muy perdido”, señaló.

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El extranjero estuvo cinco días en coma tras sufrir un para cardiaco y el atropello de una motocicleta. El español relató cómo su amor por una mujer hondureña, a quien conoció en España, lo llevó a vivir una de las peores odiseas de su vida pero a la vez le regaló lo más preciado que tiene hoy día, su hija Rubí.

Pero esa no es la peor parte de su historia. «La abuela de Rubí nos echó a la calle, ahí sin dinero, sin darle de comer y sin casa, me vi muy perdido», relató el español.

Jaime interpuso una denuncia ante el Ministerio Publico para lograr la custodia de su hija y así poder regresar a España. Sin embargo, tiempo después sufrió un infarto y luego fue atropellado por una motocicleta. Asegura que pasó 5 días en coma.

Sin trabajo y sin ingresos, Jaime decidió retratar en un libro su pesadilla, y ahora lo vende en las calles para obtener dinero para sobrevivir junto a su tesoro.