REDACCIÓN. ¿Cuántos hombres envidian a Enrique Iglesias? Se para, abre los brazos, sonríe y mágicamente un oasis de mujeres está a sus pies.
Iglesias, simboliza la perfección para todas las mujeres, que con tal de tocarle las piernas o rozar sus manos, son capaces de hacer cualquier cosa.
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El cantante provocó la histeria del público que llenó el foro. A las 9 de la noche, apareció en la sala haciendo realidad el sueño de sus invitadas, quien apenas salió al escenario del Auditorio Nacional, el cual tuvo un lleno total de 10 mil personas.
El sofisticado equipo de producción, en el que los rayos láser, las pantallas leds y el humo enmarcaron su canto, lo acompañó en “Freak”, “I Like How It Feels” y “Heartbeat”. Y conforme los minutos pasaban y la noche crecía, el ambiente mejoraba, y así encontró eco en “Duele” y “Bailamos”.
Asimismo, en esa escena además del coro del público, lo acompañó “Celia”, una de sus dos coristas; para quien pidió “un aplauso”.
Después siguió con “Yelow”, pero antes compartió: “Cuando era un chaval había canciones que me encantaban y dije alguna vez voy a escribir una canción como esa».
Nunca te olvidaré
La fiesta volvió a la sala con “Be With You” y “Escape”. Sin embargo, lo mejor estaba por venir, especialmente luego que dijo: “Aquí empezó todo, en ciudad México”, y así siguió con “Nunca te olvidaré”.
Para esto, ya se había dado el primer cambio de look. Iglesias dejó la camisa negra que portaba, por una playera blanca y así siguió provocando a sus fans. “Mi vida ha cambiado mucho en los últimos dos años. Solo hay dos sitios donde quiero estar, uno es con mis hijos y otro es aquí con vosotros”, expresó y los gritos alcanzaron mayor dimensión.
Después, y para aprovechar el pasillo que dividió el escenario, se acercó con sus músicos al público de la sección principal, caminó de forma sexy y se puso romántico valiéndose de temas como “Perdedor”.
Enrique obtuvo lo que quería: a todos y todas de pie e intentando rozar el borde de su camisa.
