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jueves, marzo 28, 2024

Conozca qué métodos se usaban en la antigüedad para detectar embarazos

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REDACCIÓN. ¿Te has preguntado cómo hacían en la antigüedad para diagnosticar un embarazo?

Hoy en día se dispone de una cantidad de procedimientos que ayudan a saber si una mujer está embarazada o no. Incluso se puede saber hasta el tiempo de gestación en el que se encuentra.

Sin embargo, en la antigüedad, los antepasados usaban técnicas que son impresionantes. Muchas de esos métodos son bastante creativos y hasta un poco locos.

En ese sentido, a continuación mostramos algunas de las más usadas en los tiempos pasados.

La mujer está embarazada si al sujetarles los dedos y apretarles los brazos, el rostro se les torna verde o sienten en sus manos el latido de las venas».

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¡Estás embarazada! La cebolla lo confirmó

El papiro egipcio de Carlsberg era en mayor parte de temática médica es el protagonista de esta increíble práctica.

Dicho papiro muestra uno de los métodos quizás menos agradables y más extraños de la humanidad. Aunque se consideraba una práctica ‘bastante sencilla’.

De acuerdo con los expertos, la prueba consistía en tomar un trozo de cebolla y dejarlo durante toda una noche en la vagina de la mujer. Si al día siguiente esta conservaba su sabor original la paciente estaba embarazada.

Otras fuentes dicen que si la mujer amanecía con aliento a cebolla se consideraba que no estaba en cinta y por el contrario si despertaba con su aliento sin este peculiar olor sí lo estaba.

Según los entendidos en el tema, de cierta forma el feto »no dejaba pasar el olor de la cebolla hasta la boca de la madre».

La prueba de la rana

La prueba de la rana muy probablemente sea el método antiguo más cercano a los actuales tests de embarazo.

El punto más »famoso» de esta prueba data para la década de los años 60, y consistía en inyectar orina de la mujer la cual quisiera ser diagnosticada bajo la piel de una rana. Seguidamente, se esperaban algunas horas y si la ovulación de la pequeña rana se estimulaba, se incrementaba y esta empezaba a poner sus huevos se creía que entonces la mujer sí estaba embarazada.

Exámenes con conejos

Esta prueba quizás sea una de las más desagradables e incómodas. Dicho método se utilizó aproximadamente alrededor del año 1,920.

Esta técnica consistía en tomar a un conejo no muy desarrollado, y de igual forma que con la rana inyectarle una dosis de orina de la paciente que quería descubrir si estaba o no embarazada. Las inyecciones debían ser diariamente a lo largo de cinco días.

Una vez culminadas las inyecciones, mataban al animal y lo abrían para descubrir si a este se le había desarrollado alguna masa o protuberancia en sus ovarios. Si eso pasaba significaba que la mujer efectivamente estaba en un embarazo.

¿Trigo o cebada? ¿Niño o niña?

La prueba del trigo y la cebada es bastante curiosa, y tiene su origen en el imperio del Antiguo Egipto.

Las mujeres que creían estar embarazadas orinaban sobre semillas durante algunos días, si germinaba la semilla de cebada la mujer estaría embarazada de un niño. Por el contrario, si germinaba la de trigo entonces el embarazo era de una niña.

Evidentemente, si no germinaba ninguna de las semillas no existía embarazo alguno.

Una de las grandes incógnitas que se hacen muchas personas es si germinaban ambas semillas… ¿será que estaría esperando mellizos?

Por mucho tiempo se pensó que esta prueba no tenía ningún tipo de base científica y más que una prueba de embarazo parece un test para conocer el sexo del esperado bebé.

No obstante, en la década de los 60 un laboratorio descubrió que el 70% de la orina de las mujeres embarazadas germina. Por tanto, sí es una prueba de embarazo aunque no con un grado de confiabilidad muy elevado.

¡Un método más extraño que el otro!

Antiguamente en China, algunos expertos tomaban el pulso a las mujeres para diagnosticar su embarazo.

En Francia juntaban la orina de la mujer con vino y si esta mezcla se volvía turbia era un signo positivo de embarazo.

También existían métodos un poco más extraños como darle patilla triturada a la paciente junto con leche materna de otra mujer. Si esta vomitaba significaba embarazo y si por el contrario solo sentía flatulencias no lo estaba.

Orinar en un recipiente y añadir dos gotas de aceite en el líquido era otro método que utilizaban mucho en la antigüedad. Si las gotas se atraían y juntaban en una sola era signo de embarazo. Si las gotas se mantenían separadas, no se había logrado la concepción.


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