CORTÉS. Carlos Adolfo Mencía de 14 años de edad fue despedido por familiares y amigos, que entre lágrimas, sabían que se iba un niño con futuro prometedor para el fútbol hondureño.
Con la bandera y su uniforme del reconocido equipo italiano, Inter de Milán, y en medio de cánticos, fue sepultado el menor en el cementerio general «La Piedra» en Chamelecón.
A pesar de que su madre se mostró tranquila desde el momento en que encontraron el cuerpo, ha dicho claramente:
«Es el trago más amargo y la prueba más dura que he tenido que enfrentar en la vida.» Asimismo, agregó que Dios le ha dado fortaleza en estos momentos duros.
Los presentes en el velorio y posterior sepultura, comentaron que era un muchacho bastante querido y bien portado. De la misma manera, su sueño era convertirse en un jugador profesional de fútbol.
Con la camiseta del número 3, Carlitos Mencía, como le llamaban los conocidos, ahora jugará «la potra» en el cielo.
Con una gran multitud en el velorio y una enorme caravana de vehículos, todos partieron al cementerio. La tragedia en Chamelecón es ahora, prácticamente, un caso cerrado. Ahora solo restan las investigaciones de las autoridades competentes.
Tanto Carlos Mencía como David Contreras, ahora descansan en paz. Asimismo, las turbulentas aguas del río Chamelecón que los arrastró hasta la muerte, ahora se encuentran calmadas.
Reconocimiento del cadáver
Desgarrador momento en que los familiares reconocieron el cadáver que se encontró flotando en las aguas del río Chamelecón. Entre llanto, lamentos y dolor, exigían que sacaran al menor pero no era posible.
El cuerpo del pequeño Mencía yacía boca abajo en las ya tranquilas aguas del río. Debido a que estaba desaparecido desde el lunes 17 de julio, este ya se encontraba en estado de putrefacción.
Nota completa: ¡Desgarrador! Momento en que familiares reconocen niño ahogado en Chamelecón
En la escena, su madre fue la primera en identificarlo y como ella mismo expresó: “me siento alegre”. Aunque tenía la esperanza de encontrarlo con vida, ahora tienen la oportunidad de sepultarlo como su pequeño merece.
