INTIBUCÁ. Un caso extraño se dio recientemente en el municipio de Jesús de Otoro, sitio donde sus habitantes quedaron anonadados ante el hecho que se protagonizó en relación a una menor de edad de nombre Hellen Nicol Mazariegos, de apenas un año de vida.
Según de supo, la pequeña revivió por unos segundos cuando su familia estaba presente en su velatorio dentro de una vivienda en el referido lugar.
De acuerdo a lo manifestado por el papá de la bebé, él estaba afuera de la vivienda cuando las personas allí presentes comenzaron a gritar de alegría y a orar porque la niña había resucitado de forma inexplicable, después de varias horas de haber fallecido.
«Nosotros la llevamos por una gripe normal a La Esperanza y aquí nos dijeron que la lleváramos a Tegucigalpa, donde estuvo una noche y al otro día murió en la mañana», puntualizó don Ivan Mazariegos.
«La trajimos, la velamos y ahora ella quiso reaccionar, movió la manito, abrió los ojitos. Yo no estaba, solo oí a los demás que estaban alegres y agradeciendo a Dios, pero luego volvió a lo mismo”, cerró.
De acuerdo con testimonios, la bebé se sentó en su cajón. No obstante, segundos después se acostó, por lo que llamaron a los médicos, quienes determinaron su muerte.
ANTECEDENTE
En julio del 2015, una menor de edad fue depositada en un mausoleo aún con vida. Esto, después de habérsele declarado muerta en La Entrada, Copán, zona occidental de Honduras.
Se trata de Nelsy Pérez, quien salió en horas de la madrugada a orinar. Esto, a un monte cercano a su casa de habitación en el barrio Las Brisas y en el lugar falleció.
Presumiblemente algo la espantó tanto que le causó la muerte instantánea. Y según autoridades del Hospital Mario Catarino Rivas, fue lo que provocó su muerte.
Detalles revelados establecieron que el guardia de seguridad del cementerio general de la localidad, escuchó gritos en la madrugada de un viernes.
El celador -no identificado- oyó pataleos y golpes varios en el ataúd. Pero fue a eso de las 4:00 de la tarde que reportó el hecho. Ante la inusual situación, personal del Ministerio Público (MP) se presentó a la escena. Y constataron que el vidrio del ataúd estaba quebrado de adentro hacia afuera.
Una vez extraído el cuerpo, sus familiares abrazaron la esperanza de hallarla con vida. Pero una vez más se desilusionaron porque estaba muerta. Esto, aunque a simple vista se observaban señas que luchó por salir de su sepulcro.
La joven de apenas 16 años de edad tenía dos meses de embarazo. En ese entonces no se descartó que los padres de Pérez demandaran a los profesionales de la Medicina que la decretaron muerta.
