TEGUCIGALPA. Este mediodía se reportó la muerte de un conductor de un bus «rapidito» a la altura del puente La Soberanía de Comayagüela.
El chofer del trasnporte público fue identificado por un familiar como Moisés García López, alias «Colocho», quien vivía en Colonia La Sosa y tenía alrededor de 12 años de trabajar en el rubro. El cuerpo sin vida de García López quedó sobre el volante de la unidad, que tenía registro número 144. Además, es importante mencionar que esta unidad cubría las rutas de El Carrizal, Centro, La Sosa.
De acuerdo a información preliminar, individuos aún desconocidos se bajaron de un vehículo y comenzaron a disparar sin medir palabra. Seguidamente, se dieron a la fuga con rumbo hasta el momento desconocido.
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Hasta el lugar de los hechos llegó la hermana del ahora occiso, quien cargaba en sus brazos a dos menores. “¡Ay Dios mío, ay Dios mío! Por qué asesinaron a mí hermano”, expresaba entre lágrimas la hondureña. Su esposa relató que el ahora occiso deja hijos de 13, 11, 9, 4 y 2 años de edad.
Las autoridades policiales ya acordonaron el área, a la espera de los elementos de Inspecciones oculares de la Policía Nacional y de Medicina Forense para que realicen el debido levantamiento de ley.
Otro suceso en la capital hondureña
Madre de bebé que falleció el pasado domingo en una cuartería de la colonia Smith, en Comayagüela, en medio de tanto dolor, dijo que, “El papá de mi hijo se quedó dormido y al despertarse fue a verlo, y estaba con los pies helados, ya no respiraba”.
La madre del infante de seis meses dijo desconocer las causas de esta muerte. Asimismo, señaló que al salir a su trabajo, le dijo a su esposo que el bebé quedaba tomando pepe.
Minutos después, recibió una llamada, diciéndole que volviera a su casa, porque había una emergencia.
Al llegar, la desafortunada madre se enteró que se trataba de su primogénito. El bebé estaba muerto, boca arriba. El padre no supo que sucedió que con el infante, según relato.
Por su parte, la Policía Nacional llegó al lugar y retuvieron al padre del menor muerto, identificado como Allan Javier Jovel Padilla.
Sin embargo, en este caso existen varias hipótesis de la muerte del infante. Entre estas, se señaló que el padre había supuestamente estrangulado al niño.
También, se dijo que él estaba enfermo de un resfriado y al dejarle el biberón en su boca se asfixió con la leche.
Ante ambas hipótesis, los uniformados trasladaron al progenitor a una estación policial a la espera de la autopsia.
El joven fue puesto en libertad al no tener pruebas que lo vinculen a la muerte de su hijo. Mientras tanto, se sigue investigando las causas de esta muerte.
