InSight Crime: 7 claves en reducción de la tasa de homicidios en Honduras

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La presencia de militares en Honduras es ya parte del día a día de los hondureños.

Redacción. – Un reciente artículo de InSight Crime publicado ayer miércoles ofrece 7 claves posibles para entender la reducción de la tasa de homicidios en Honduras. El país se encamina a cerrar el 2017 con una disminución importante en las cifras de homicidios. Esto sería el resultado de una serie de factores relacionados entre sí.

Según cifras oficiales, el gobierno proyecta que la tasa de homicidios será de 42 por cada 100.000 habitantes al finalizar el año. Lo anterior, en comparación con los 59 por 100.000 habitantes registrado en en 2016. Los datos son obtenidos por el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH). El dato de 2017 representa cerca de la mitad de la tasa de 86 por cada 100.000 habitantes de 2012.

Las 7 claves según InSight Crime

Los reportes de la Secretaría de Seguridad registran que 3.209 personas murieron violentamente en el país centroamericano entre enero y octubre de 2017. Esto es un 26,3 por ciento menos que los 4.356 casos reportados durante el mismo período de 2016. El ministerio proyecta para 2017 una tasa de homicidios de 42 por 100.000 habitantes.

tabla de homicidios
Gráfico sobre la tasa de homicidios en Honduras

 

 

 

El OV-UNAH, en consenso con los órganos de seguridad y justicia, presentó en noviembre su boletín semestral sobre índice de mortalidad. En el mismo confirmó las tendencias con pequeñas diferencias. Dijeron que los homicidios bajaron 21 por ciento en los primeros seis meses de 2017. Migdonia Ayestas, coordinadora del OV-UNAH, precisó que se trata de una reducción de 545 homicidios en comparación con el mismo período de 2016.

«En promedio son 338 las muertes mensuales en 2017. Por otra parte en 2016 ocurrieron 429», declaró Ayestas.

Con la ayuda de expertos InSight Crime identificó siete razones que han influido en la drástica reducción de los homicidios en Honduras:

1. La política de represión del delito

Desde hace varios años, el Ministerio Público y las fuerzas de seguridad se han enfocado en reprimir delitos. Entre ellos delitos como la extorsión. Dicho delito tienen como efecto colateral el homicidio. También han concentrado sus esfuerzos en los barrios más violentos.

«La represión al delito, con foco en una acción ‘antimaras’, y énfasis en el desmantelamiento de su estructura financiera, es el primer factor», dijo el experto Omar Rivera. El funcionario es coordinador de incidencia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

«Además de la intervención en los barrios y colonias más calientes. Allí existían las más altas tasas de muertes violentas y tenían control las redes delincuenciales», agregó.

2. La desarticulación de las grandes estructuras criminales

Se trata de grupos como Los Cachiros, Los Valles y el Cartel de los Hermanos AA, entre otros. Los mismos, según un estudio de las Naciones Unidas, generaban mucha violencia en sus zonas de influencia.

Los cabecillas de estas organizaciones fueron capturados. Algunos fueron forzados a entregarse a las autoridades en los últimos cinco años. Seguidamente fueron extraditados a Estados Unidos.

«La consistencia de la acción represiva del Estado frente a los más violentos fue vital. La destrucción de las redes criminales y el sometimiento de sus principales líderes. Además el confinamiento de los mismos a cárceles de máxima seguridad fue un acierto», dijo Rivera.

3. La depuración de la policía

En un foro organizado por el Programa para Latinoamérica del Wilson Center, la comisión de depuración anunció que desde los inicios de 2016, había separado a 4.445 policías de la institución. De esos, 2.997 por reestructuración, 252 por abandono del cargo y 98 por despido. Además, 58 por sentencia condenatoria firme, 68 por muerte, 29 por retiro obligatorio y 889 por retiro voluntario. Por otra parte se retiraron 54 por discapacidad total y permanente. La reforma a la Policía Nacional y transformación de los diferentes organismos policiales ha permitido tener una Policía Nacional menos corrupta. Una policía más capaz y más efectiva, coinciden expertos e investigadores.

«La reducción de homicidios pasa después de ese proceso de depuración de la policía. Ya tenemos nuevos policías, para quienes su uniforme es importante. Policías que están haciendo lo propio para poder estar más cercanos a la ciudadanía. Esto es una solución más que un problema como lo estábamos viendo anteriormente», opinó Migdonia Ayestas de la OV-UNAH.

4. La modernización y reforma del sistema penitenciario

En los últimos dos años se construyeron dos cárceles de máxima seguridad. Entre ellas El Pozo y La Tolva. Algunos de los líderes criminales y pandilleros fueron confinados en estas prisiones. Según oficiales de seguridad esto ha limitado su capacidad de operar. Y que lo hacían dentro del sistema penitenciario. Más importante tal vez fue el cierre de la Penitenciaría Nacional de San Pedro Sula (PSP). Dicha cárcel era un centro operativo del crimen a todos los niveles. Se trasladó a 755 presos a otras cárceles.

5. Un aumento sustancial en los recursos para la lucha contra el crimen

El presupuesto de las instituciones operadoras de seguridad y justicia de Honduras se incrementó en más de 50 por ciento en los últimos cinco años. Esto incluye Ministerio Público, Poder Judicial, Secretaría de Defensa y Secretaría de Seguridad, cuyo presupuesto se duplicó entre 2012 y 2017.

Honduras presupuesto

(Tabla muestra los incrementos en el presupuesto en Lempiras. Cortesia: ASJ)

«Como nunca antes se incrementaron los recursos para el combate al crimen», aseguró Rivera.

6. Entrenamiento y cambios en el código penal

Las medidas contundentes del gobierno de Juan Orlando Hernández. Las mismas incluyeron la modernización del sistema carcelario. Ya que se construyó prisiones de máxima seguridad. Además, la reforma de la Policía Nacional. También el Gobierno se ha enfocado en la capacitación de los funcionarios de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC). Igualmente han capacitado a la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN). Ambas últimas dependencias del Ministerio Público. Eso como parte de lo que el presidente Hernández ha llamado el «proceso de evolución», de esta instancia de investigación penal.

«Lo que tenemos hoy es parte del trabajo de fiscales, jueces, miembros de la ATIC y de la DLNC. Es un trabajo complementario de todos. Hoy todo el mundo sabe que el que anda mal, va a caer hoy, mañana o más tarde, pero va a caer», dijo el presidente durante un curso de investigación criminal.

En febrero de 2017, también se oficializaron las reformas al Código Penal. A estas medidas se suma la creación de un sistema de inteligencia del Estado. Mismo que permite hacer uso de tecnología de última generación. Esto para tareas como las escuchas telefónicas, autorizadas debidamente por juzgado con competencia.

Según Rivera, se ha visto un efecto inmediato de esas reformas por el «aumento del número de requerimientos de persecución penal y el número de sentencias condenatorias».

7. Trabajo conjunto de instituciones del Estado y organizaciones independientes

Ayestas explicó que: «Cuando la sociedad civil, cuando los organismos internacionales, cuando la alcaldía municipal y el gobierno central se unen para trabajar en temas no solo de control y represión del delito, sino en materia de prevención de la violencia  –que tiene que ver con fortalecer capacidades de los niños y las niñas– entonces eso hace que paulatinamente se vayan disminuyendo las muertes violentas».

La revelación de las cifras viene en medio de la campaña para las elecciones generales del próximo 26 de noviembre. El presidente de la República Juan Orlando Hernández opta por la reelección, después de que fuera aprobado un cambio en la Constitución.

Sin embargo, ni Hernández, ni Honduras puede cantar victoria todavía, dice Rivera. El experto en seguridad alerta que en el país falta mucho por hacer para resolver el problema de criminalidad y garantizar la seguridad de los ciudadanos.

«Aún tenemos seis veces más muertes violentas que la media global y cerca de tres veces más que lo que promedia el continente», explicó.

Fuente: InSight Crime