A sus 42 años aspira a ser convocado a la selección nacional y salir a jugar al extranjero

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El defensa central y sub capitán del equipo de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, Carlos Alberto Pérez García, es el de mayor edad en la Liga profesional hondureña.

Sin embargo, asegura que sus años no driblan su aspiración a dar más de que lo sabe.

Y es que este futbolista, rompe los esquemas tradicionales de cualquier liga, pues a esa edad la mayoría están retirados o con funciones relacionadas.

Por su lado, Pérez, ha sido un militante de al menos 15 equipos y es la segunda oportunidad que tiene en Liga Nacional.

Nació en Sambo Creek, La Ceiba, es primo de Tayson Núñez, quien a sus 44 años juega en la segunda división de Guatemala.

También, familia de Óscar Boniek García. Aficionado del Victoria, no ha votado nunca en elecciones políticas.

Vive junto a su esposa y tres hijos en Sabanagrande, Francisco Morazán, en donde administra su microempresa de tajaditas.

Asegura que es feliz porque el centro de su vida lo maneja Dios, no tiene ambiciones, su aspecto es afable y su conversación lo reafirma.

Es el gran sub capitán de su equipo universitario, aunque sólo cursó la primaria.

Este futbolista fue invitado a una entrevista a las oficinas de Tiempo y no lo dudó, llegó en ropa deportiva en la calurosa mañana del miércoles.

Rápidamente iniciamos la entrevista que se tornó relajada y divertida por su ameno comportamiento.

Quedó huérfano al morir sus padres a su corta edad, trabajó desde su infancia destazando animales.

Logró el ascenso con 4 equipos a Liga Nacional aunque sólo con uno jugó en Primera y su debut fue 5 minutos contra Olimpia hace 19 años.

A continuación nos relata parte de su vida, como le ha hecho para continuar a su edad jugando profesionalmente.

Como es un día cotidiano alejado del fútbol y como el seguir a Cristo ha sido su mejor decisión.

¿Está casado, tiene hijos?

Sí, mi esposa se llama Jessica Mireya Hernández y tiene 35 años. Dios me ha bendecido con una linda esposa. Tengo tres varones, Carlos Ariel (18), Jeffer (15) y Hendri (8) años.

¿Aspira a verlos jugar fútbol?

Como padre me gustaría verlos triunfar en el fútbol, pero lo primordial son los estudios.

¿Cómo inició en el fútbol?

No recuerdo el año en que empecé, pero en mi primer equipo profesional fue Deportes Progreseños que ahora es Deportes Savio.

¿En cuántos equipos ha jugado?

Le voy a ser sincero, no tengo la suma de cuántos. Pero más o menos he jugado en 15 equipos.

Pérez conversando con el periodista de Cronómetro de Diario Tiempo.
¿Creyente o no creyente en Dios?

Somos seguidores de Cristo, somos creación de nuestro Dios.

¿Aficionado a un equipo?

Claro, soy aficionado a la Jaibas del Victoria, ese es el equipo de mis amores. Pero sufro porque descendió.

¿Aspira a jugar en otro equipo?

Me gustaría. Yo siempre quise jugar en un equipo grande de nuestro país, pero las oportunidades no se dieron.

Carlos Pérez es el sub capitán de la jauría.

No me quejo, estoy agradecido con Dios por todo lo que me ha dado hasta este momento y todo lo que me seguirá dando, todo tiene su tiempo.

¿Aspira a jugar en el extranjero?

Todas las cosas se dan al tiempo de Dios. Si Dios me da la oportunidad de hacerlo, lo voy a hacer. Después todo vendrá por añadidura.

¿Aspira a jugar en la selección nacional?

Si se da la oportunidad, lo hago. No me siento cansado, me siento bien, yo vivo el fútbol y también, Dios me ha dado la bendición de poder cuidarme.

Sus papás, sus hermanos, ¿quiénes son?

Bueno, mis viejos los perdí a temprana edad, ellos murieron. Mis hermanos somos tres varones y tres mujeres.

Hay dos en el norte (Estados Unidos), y los otros estamos acá. Tengo dos en San Pedro Sula y una está aquí en Tegucigalpa.

¿Cómo es la relación con su familia?

Dios es el centro de nuestra familia, es el centro de nuestro hogar. Tengo una buena comunicación con mis hijos y mi familia.

¿Único deportista en su familia?

No, toda mi familia han sido futbolistas. Hace muchos años atrás jugaba José García, Óscar García (papá de Boniek García y del “Zancudo” Ávila), “Maravilla” Suazo, Miguel Guity e Israel Bernárdez. También, todas las mujeres jugaban en la familia.

¿Cómo fue su infancia?

Dios siempre ha tenido un propósito para nuestras vidas, muchas veces nosotros no entendemos cuál es. Mi infancia, tranquila. Con dificultades, es cierto pero gracias a Dios tuvimos unos padres que siempre lucharon por nosotros.

¿Recuerda alguna anécdota de su infancia?

Una vez mi viejo se quedó dormido en el piso, entonces nosotros entre todos mis hermanos lo levantamos para llevarlo a la cama. En lo que nosotros lo llevábamos él se tira una sonrisa y le digo a mi mami, miré y todos reaccionamos. Pero siempre lo llevamos a la cama.

¿Trabajaba de niño?

Sí. Cuando estaba pequeño me llevaba con una familia blanca y les destazaba los animales desde tres o cuatro de la mañana.

Desde pequeño siempre supe lo que es el trabajo fuerte. A esta altura no es cualquier trabajo que me va a vencer.

¿Equipos donde jugó?

Vida, Victoria, Real Comayagua, Valencia, Necaxa, Federal y Real Sociedad, hay más, pero no me acuerdo. También logré cuatro ascensos con Hispano, Deportes Savio, Necaxa y Ahora con la UPN.

¿En qué año debutó en la Liga Nacional?

Recuerdo que en 1998 contra Olimpia, jugué cinco minutos aquí en el Nacional y estaba con el profesor Héctor Vargas.

¿Qué representa usted para sus compañeros de equipo?

Dios me llevó a ese lugar con un propósito. Les doy la palabra de Dios, hacemos oraciones con ellos y en su momento aconsejamos a los chicos.

¿Qué le ha dejado el fútbol a usted?

Muchas cosas bonitas. Primero, mi hogar y me ha dado satisfacciones, alegrías y ganar cosas. Lo que es cuatro ascensos de segunda a primera.

Mi casa, siempre tuve eso en la mente, aprovechar el tiempo, hacer mi casa por medio del fútbol.

Usted sabe que la carrera de futbolista es pequeña, lo que usted gana por medio del fútbol hay que aprovecharlo de la mejor manera.

Aconsejo a los que no tienen casa que aprovechen el tiempo. Que hagan su casa, porque es lo primordial.

¿Cómo se siente jugando a su edad?

Es una bendición jugar a la edad que tengo.

¿Ama el fútbol?

La verdad que sí. De eso he comido siempre, de eso he vivido y para mí hay que seguir haciéndolo de la mejor manera.

¿Con qué futbolista se identifica usted?

Yo miraba a Roberto Carlos, porque ese era el puesto cuando inicié a jugar. Por sus características yo me identificaba mucho con él.

¿Qué se siente ser el futbolista más veterano de la Liga?

Me siento bien, no me voy a cansar de decirlo. Es una bendición, yo me siento bien al jugar fútbol y ser como dicen por ahí, el abuelo de la Liga Nacional.

¿Aspira a ser director técnico?

La verdad es que no me gusta, no me llama la atención porque yo miro como sufren los técnicos ahí en la banca.

¿Cuánto tiempo más quiere seguir jugando?

Unos dos o tres años, pero si tengo las condiciones físicas voy a seguir jugando.

¿Tiene vicios?

No, nunca, porque a esta edad no estuviera en estas condiciones.

¿Qué espera hacer al retirarse?

Trabajar al lado de mi señora con una microempresa que tenemos. En mis días libres la ayudo. Me vengo al mercado de Tegucigalpa comprar los bananos para elaborar las tajaditas.

Habla de Dios, ¿dónde se congrega?

Siempre que podemos venimos hasta una iglesia evangélica en la Colonia El Prado.