Croacia tenía el choque en la mano y soñaba con la primera plaza del grupo, la que evita en octavos a Italia. Sin embargo, en un parpadeo, su tarde se oscureció. La marcha de Modric, abrazado y besado por todos sus compañeros (es el guía), dio paso al gol checo primero y después al lanzamiento de bengalas y petardos desde el fondo croata.
Maniobra absurda de los ultras, quizá con ganas de reivindicar algo o tan sólo para parar el juego al ver que la República Checa había recortado distancias. Quién sabe. El caso es que ahora, los croatas temen una sanción que les deje fuera de la Eurocopa.
Los futbolistas arlequinados miraban con asombro e indignación al rincón de sus seguidores, pidiéndoles que pararan. Tras el partido, Rakitic se ha lamentado de la actitud de sus aficionados. «A ver si podemos jugar contra España,tal vez nos tengamos que ir para casa. No jugamos a puerta cerrada por casualidad». El capitán croata, Srna, también ha mostrado su enfado. «No tengo comentarios sobre lo que ha pasado en el estadio hoy. Día a día se repite y nada cambia».
A uno de los asistentes de la organización que estaba en el césped retirando las bengalas, le explotó un petardo a medio metro, sin sufrir daños aparentes. Ahí el árbitro dijo basta y suspendió el choque durante unos minutos.
El seleccionador de Croacia, Ante Cacic, condenó firmemente el lanzamiento de bengalas por parte de hinchas de su país, que interrumpió en los instantes finales el partido que su equipo terminó empatando 2-2 ante la República Checa, este viernes en Saint-Etienne.
«Espero que les atrapen, que la Federación Croata ayude a detenerles. Son gente que da miedo. Es por eso que les llamo hooligans y no aficionados. Hemos visto reportajes y temíamos que podía pasar algo así. No son aficionados, son terroristas del deporte», afirmó Cacic.
